El silencio centró el día grande de la Semana Santa emeritense, con miles de fieles acompañando a las cuatro procesiones que se han realizado entre el viernes y el sábado, marcadas por el buen tiempo y el recuerdo a las víctimas del atentado de hace un mes en Madrid, por lo que los pasos lucen crespones negros en todos los desfiles. Los desfiles se han realizado con total normalidad durante toda la semana, a la espera del de hoy de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Patrocinio, y el del martes de la Comisión Organizadora de la Hermandad de Nuestra Señora de las Lágrimas.

Anoche, tras la vigilia pascual, el centro de la ciudad se llenó de ciudadanos para ver el único desfile procesional de ayer, el del paso de Jesús el Resucitado, procesionado por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del Santísimo Cristo de los Remedios y de Nuestra Señora del Mayor Dolor. Como en el resto de los desfiles, el silencio envolvió el recorrido hasta la basílica de Santa Eulalia, sólo roto por los aplausos de los devotos al ser alzado por los costaleros. El júbilo y la alegría que suele acompañar al Resucitado no fue tan evidente por lo sucedido el 11-M.

Esta misma circunstancia se evidenció durante el Santo Entierro, donde estuvo buena parte de la Corporación con el alcalde, Pedro Acedo, a la cabeza. Emocionante un año más fue ver la llegada del Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores a la concatedral de Santa María.

Pasadas los principales actos, la capital vive un domingo de ramos con sólo una procesión.