A las cinco de la tarde de ayer, muchos vecinos de Millanes de la Mata dedicaban el rato de la siesta a hacer acopio de agua. Unos iban a la fuente de los caños, de la que apenas salía un minúsculo hilo de líquido; otros llenaban sus cubos en el pequeño pilón anexo a la fuente y los demás se abastecían gracias a la cisterna de agua con la que el alcalde de la localidad, Miguel Angel Jiménez, recorría las calles para avituallar a sus vecinos.

Desde el pasado lunes Millanes está sin agua debido a una avería en el sistema de impulsión de Navalmoral, localidad de la que se abastece. La cabecera de comarca, que también nutre de agua a las poblaciones de Belvís de Monroy, Peraleda de la Mata y Valdehúncar, decidió ayer mantener el suministro cortado a estos municipios vecinos "porque no hay agua".

Según cuenta José Ramón Pérez, responsable del Servicio de Agua de Urbaser, la avería del lunes ha dejado a los depósitos moralos "secos". "Todo lo que entra se consume y no se recupera. Hay que recuperar los depósitos y la presión en Navalmoral para poder restablecer el suministro. Ahora mismo no hay ni 50 centímetros de agua en unos tanques de 9 metros de altura", explica Pérez, quien añade que el suministro tampoco está al cien por cien en Navalmoral, que sufre la falta de presión. Con esta situación, la estimación es que todo vuelva a la normalidad en unos 3 ó 4 días, siempre y cuando no haya una nueva avería.

Ante este panorama, que no hace más que llevar al límite las altas temperaturas de los últimos días, son muchos los que cruzan los dedos. Aunque sin duda la situación más dramática la viven los vecinos de Millanes, cuya población se ha duplicado estos días de agosto. Felicísima Alvarez, una hija de Millanes pero que lleva 30 años viviendo en Palma, tardó unos 5 minutos en llenar el cubo de agua para fregar el suelo de su casa. "Tapo esta salida para que tenga más presión, antes siempre lo hacíamos así", comenta sentada a la sombra. Y es que las averías no son el único problema, la sequía también pasa factura y la céntrica fuente de Millanes está prácticamente seca, situación que nadie recuerda.

Las otras poblaciones afectadas por el corte de suministro desde Navalmoral están soportando mejor la coyuntura. Peraleda y Belvís cuentan con una captación alternativa desde el río Tajo. "Traemos el agua de unos pozos que se abastecen del río y potabilizamos ese agua. Es apta para el consumo, pero es de menor calidad algo que se nota en el sabor", explicaba Salustiano Martín, regidor de Belvís.

Mientras, la alegría entonaba las palabras de Antonio Ormeño, primer edil de Valdehúncar. Sus depósitos aguantaron el consumo hasta el mediodía de ayer y a las seis y media de la tarde tomó el relevo como fuente un pozo de sondeo creado hace cinco años por el ayuntamiento y que se estrenó ayer. Ormeño estuvo toda la mañana haciendo gestiones para poder ponerlo en marcha. "Estoy muy contento. Tras años de problemas técnicos he conseguido que lo autoricen ahora por la celeridad de la situación. De momento, no sirve para beber porque están haciendo los análisis", comentó el alcalde quien confirmó que el pueblo sólo estuvo sin agua "dos o tres horas".

Todo indica que la situación límite que viven estas cuatro poblaciones además de Navalmoral (una nueva avería dejaría inmediatamente sin agua a sus más de 17.000 habitantes) se solucionarán cuando acabe el nuevo abastecimiento que está haciendo la Confederación Hidrográfica del Tajo.