No esperan resultados halagüeños, pero Andalucía se apunta a todos los exámenes que pasan por su puerta para evaluar su sistema educativo. Ocurre en esta comunidad vecina lo contrario que en Extremadura, que una vez más ha rechazado la oportunidad de participar en uno de los mapas comparativos más completos y pormenorizados de la escuela española. Se trata del Informe PISA del 2009 publicado el martes, que se viene realizando cada tres años desde el 2000, y que mide las competencias en lectura, matemáticas y ciencias de los alumnos de 15 años de 65 países del mundo, excepto de los extremeños, manchegos y valencianos, que también han declinado la invitación, pese a la recomendación del ministerio.

La ausencia de la región en este estudio indigna a los sindicatos de educación, que vuelven a criticar que los alumnos extremeños de Secundaria queden fuera de este análisis internacional que se realiza de forma externa. La Consejería pidió expresamente no ser evaluada y por lo tanto ni conocer los resultados propios ni en comparación con el resto de comunidades ni países del mundo pese a ser "una herramienta fundamental para analizar los progresos en equidad y excelencia de los sistemas educativos; respaldar el establecimiento de objetivos y metas educativas; además de ofrecer información útil a los responsables de las administraciones, los profesores, los centros y las familias", recoge Pisa.

Según detalló hace unos meses la consejera de Educación, Eva María Pérez, "no entiendo qué datos distintos puede aportar Pisa de los que ofrece la evaluación de diagnóstico del centro y centradas en los alumnos". Se refiere a la evaluación de las competencias básicas que se lleva a cabo desde la propia consejería en 4º de Primaria y 2º de ESO --en una muestra que no es extrapolable a Pisa-- y cuyos datos ofrecidos únicamente reflejan que en Secundaria --la población evaluada en Pisa-- el 88% de los alumnos extremeños está en un nivel medio bajo (350-500 puntos) y medio alto (500-650 puntos) en comunicación lingüística, una asignatura aún pendiente, y el 50% está en los mismos niveles en el caso de la competencia matemática. Escasos datos que no permiten establecer comparativas, ni siquiera a los sindicatos pese a su petición expresa, como el caso de ANPE.

Este sindicato considera que la negativa de la Junta "evidencia el pánico a ser comparados con otras regiones y sistemas europeos", señala Saturnino Acosta, secretario regional, y justifica ese miedo en la alta tasa de extremeños que no estudian en el curso que les correspondería por edad --más del 35% en Secundaria-- y las altas tasas de fracaso escolar --30%--, pese a mejorar este último año, que podrían tener nocivos beneficios "a unos meses de las elecciones". "Lo peor es que está negando a la sociedad extremeña unos indicadores fiables (la prueba es externa) de la mejora o empeoramiento del nivel competencial de los alumnos", señala.

Más optimista es CSI-F. Su presidente, Adrián Vivas, considera que si Extremadura participara en Pisa sus resultados estarían en la media nacional --que no alcanza en ninguna de las competencia la media de la OCDE-- o incluso por encima. "No tenemos ningún miedo porque las variaciones entre comunidades son mínimas, los docentes son los mismos y los problemas también. Además Extremadura es una de las que más invierte en educación --el 5,78% del PIB--, existen programas de refuerzo,...". Pero un elemento que sí apunta Vivas como clave en esas diferencias entre autonomías son las pruebas extraordinarias. "Lo que está claro es que las comunidades que lideran el ránking en España ofrecen la posibilidad de recuperar materias en septiembre", es el caso de Madrid o Cataluña --ambas superan la media de la OCDE en Pisa--.

UGT y CCOO también se suman a las críticas. Consideran imprescindible la participación de Extremadura en un análisis externo. "Estaríamos en la media porque la educación en la región está avanzando", apunta Miguel Salazar, de UGT, aunque aún "estamos muy lejos de los objetivos para el 2020", señala Tomás Chaves, de CCOO.