La mayoría de los sindicatos de Liberbank, entidad en la que se integró Caja Extremadura, se han opuesto «frontalmente» a la intención del banco de recortar gastos salariales de la plantilla durante los próximos tres años por un importe cercano a 23 millones de euros anuales.

Los representantes de los trabajadores piden que la dirección renuncie a negociar esos recortes salariales y a suprimir otros derechos y beneficios sociales porque las «causas que tratan de acreditar» para aplicar esas medidas «carecen de fundamento alguno», según un comunicado de CCOO. Alegan que los empleados «ya han aportado más que suficiente».