Los esfuerzos de CCOO y UGT por convencer a la ciudadanía de los perjuicios que acarreará la reforma laboral impulsada por el Gobierno aún no ha calado en los trabajadores, tal y como ellos mismos reconocen, pero aseguran que no cejarán en su empeño de "parar lo que se nos viene encima", según el líder de CCOO, Julián Carretero.

Tras el escaso eco que tuvo la huelga de funcionarios el mes pasado, ellos siguen intentando que los ciudadanos "pasen a la acción; a la crítica a esta dictadura abierta del capital", como lo califica el secretario general de UGT, Francisco Capilla.

Ambos dirigentes sindicales estuvieron ayer al frente de la concentración realizada en Cáceres (las hubo en otras ocho localidades extremeñas), que congregó a unas 300 personas frente a la Subdelegación del Gobierno. También acudió el coordinador de IU, Pedro Escobar.

El responsable ugetista alertó no solo de la reforma laboral auspiciada por el Gobierno, sino que a su juicio los cambios "van a ser peores aún desde el momento en que se tramitará como proyecto de ley", y según Capilla, ahí es donde "el capital va a demostrar que es él quien gobierna, no la democracia que votamos".

PEOR EN EXTREMADURA Más aún, entre los "males" que denuncian está la reforma de las pensiones, que a su juicio será más perjudicial en Extremadura, ya que aquí los índices de temporalidad son más altos y por tanto "muchos trabajadores no generarán suficientes derechos para poder cobrar una pensión". Asimismo, el líder sindical denuncia que "el 95% de los trabajadores extremeños quedarán desprotegidos con la supresión de los convenios colectivos".

Carretero, por su parte, invitó a hacer movilizaciones "efectivas" y cree llegado el momento de pasar a la acción, "porque nos estamos jugando la democracia; el ser o no ser ciudadanos". También advirtió que con estas concentraciones hay que convencerse de que "lo que aquí hay no son banderas sindicales, sino banderas ciudadanas. Y si no logramos estar todos unidos, le daremos la razón al capital".

CONCENTRACIONES Al igual que en Cáceres, se desarrollaron otras ocho concentraciones en la región, todas bajo eslogans que alertaban de que a partir de ahora habrá despidos más fáciles y baratos; no se va a crear empleo; se prevé una temporalidad abusiva; y se otorga más poder al empresario.

En Badajoz, entre 250 y 300 personas, según los sindicatos, se concentraron frente a la Delegación del Gobierno para mostrar el "contundente" rechazo de los trabajadores a lo que consideran un claro recorte de sus derechos.

También en Mérida, un centenar de personas protestaron ante la Presidencia de la Junta, con similares mensajes a los del resto de ciudades.

Más escasas fueron las concentraciones en Plasencia, Don Benito, Almendralejo, Coria, Zafra y Navalmoral de la Mata.