Los efectos de la crisis en el mapa sindical extremeño han dejado una dura huella en forma de sangría de delegados, principalmente entre las formaciones mayoritarias. Las fuerzas sindicales se han dejado desde 2008 más de 1.200 delegados en la región en términos globales, aunque son UGT y CCOO quienes más afectados se vieron, porque mientras ellos perdieron conjuntamente más de 1.600 delegados, las fuerzas minoritarias (CSIF, USO, CGT) han sumado efectivos tras los distintos procesos convocados en este tiempo. A pesar de lo que indican los números, la realidad es que UGT y CCOO eran las centrales mayoritarias en los sectores más dañados por la crisis, la construcción y el sector servicios, y por tanto las que más contagiadas se han visto por el cierre de empresas y las reducciones de personal que han marcado los últimos ocho años.

"El número de representantes a elegir se determina en función del número de trabajadores que hay en la empresa, por lo que si hay menos trabajadores habrá menos representantes sindicales", explica Encarna Chacón, secretaria de Organización y Finanzas de CCOO en Extremadura. Desde el 2008 CCOO se ha dejado en el camino 511 delegados sindicales y dos tercios de ellos en el último cuatrienio, entre 2011 y 2015 (425 delegados). También ha caído la afiliación en este tiempo aunque desde los sindicatos no lo atribuyen a una pérdida de confianza por parte de los trabajadores sino a "un cambio de prioridades tras quedarse la gente sin trabajo", dice Chacón. "Los trabajadores han visto más que nunca la necesidad de la herramienta sindical porque la reforma laboral ha causado un daño tremendo y la situación es muy precaria", añade la responsable de CCOO que habla de "una campaña de desprestigio" y "un interés por que el sindicalismo de clase cayera", durante la crisis.

Peor aún ha sido tsunami entre las filas de de UGT, que ha perdido su posición como primera fuerza sindical de la región y se ha desplomado desde 2008 en Extremadura dejando atrás a un tercio de sus representantes, más de la mitad en los últimos cuatro años. En sectores como el de la construcción y las empresas vinculadas a él, la caída ha supuesto más del 20%, asumen desde las filas de UGT. "Hay empresas que han cerrado pero hemos entrado en otras en las que nunca habían tenido representación sindical", explica María José Pastor, secretaria de Organización de UGT.

Sintomático de la desaparición de empresas en la región es el volumen de actas (y de procesos electorales en este tiempo), que han caído en un millar en los últimos cuatro años y cerraron 2015 con 1.921 procesos.