No hubo sorpresas. Ante la atenta mirada de los representantes de la troika, que se encuentran estos días en España, los consejos de administración de de Caja Inmaculada (CAI), Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz, los tres socios del Grupo Banco Caja3, dieron ayer el sí definitivo al acuerdo final para su integración en Ibercaja, donde acabarán disolviéndose con el paso de los años. Aunque la operación estaba encarrilada desde finales del 2012, su aprobación final se ha enfrentado a un último escollo por la reticencias de la entidad pacense, a la que se ha complacido en su demanda de un mayor poder en el proyecto financiero por su menor exposición inmobiliaria. Resueltos estos flecos, los presidentes de las respectivas firmas y de Ibercaja suscribirán hoy en Madrid el contrato de la operación.

Las centenarias CAI, Círculo y Badajoz acabarán diluidas en Ibercaja Banco, donde aglutinarán el 12,5% del capital social. Así las cosas, asumen este sacrificio presionadas por el adverso contexto financiero y en favor de fortalecer la posición competitiva y la capacidad de generar recursos, así como asegurar la continuidad de sus obras sociales.

La firma hoy del contrato pondrá negro sobre blanco a un proceso que arrancó hace ya más de un año, cuando el 24 de febrero Ibercaja y Caja3 rubricaron un primer protocolo de integración, proyecto al que dos meses después se sumó Liberbank. Pero el rescate europeo a la banca y las nuevas exigencias de recapitalización dieron al traste con la operación. Aclaradas las nuevas reglas de juego, los dos grupos iniciales volvieron a reanudar las negociaciones a finales de año y el 27 de noviembre ya contaban con un nuevo protocolo de fusión. Esta vez la posición de Caja3 quedaba minorada por las necesidades de capital adicional (779 millones) requeridas por el Banco de España.

El nuevo proyecto de unión volvió fue avalado por la Comisión Europea, lo que aseguró un apoyo financiero público para Caja3 de 407 millones de euros en forma de deuda convertible en acciones (CoCos), además de la transferencia al banco malo de 2.212 millones de activos tóxicos inmobiliarios. Pero el mayor escollo fue el conflicto desatado en el grupo a raíz del ERE de 592 despidos, que era una de las medidas de su plan de reestructuración que la entidad debía cumplir para recibir dinero del rescate europeo e integrarse en Ibercaja. Finalmente hubo acuerdo.

El último obstáculo ha venido de Caja Badajoz, que hasta ahora era el más pequeño de los socios de Caja3, pero previsiblemente ha conseguido ganar peso accionarial en el grupo. Fuentes de la entidad no aclararon este aspecto, pero aseguraron que han sido satisfechas parte de las demandas de la caja pacense. Actualmente, CAI ostenta el 41% del grupo, frente al 29,75% de Caja Círculo de Burgos y el 29% de Caja Badajoz. Fuentes de Caja3 se felicitaron ayer por la ratificación del proyecto de fusión tras meses de tensiones. Si todo va bien, antes del 2015 se producirá la integración plena.