Este congreso ha sido raro, raro. ¿Se imaginaba alguien que un congreso cacereño se hiciera sin que Federico tuviera una intervención relevante? ¿Se imaginaba alguien que quienes podían haber protagonizado la crítica a la gestión pasada y el desacuerdo habrían de brillar por su ausencia? Nadie podría pensar que apenas se verían caras de pocos amigos.

En un partido que lleva en su naturaleza el debate todo ha transcurrido por los cauces de la concordia, los buenos modales y los parabienes. Será cuestión del talante. Que también lleva consigo el no hacer demasiada sangre. ¿Se ha hablado con todos? Con casi todos.

Según Ibarra, Ferreira ha hecho habitable el partido. Será para ti, pensará alguno. Y ya no existen los enfrentamientos de antaño. ¿Ni siquiera para la próxima local de Cáceres? Loor a los regionalistas, a quienes ha invitado a pasarse con armas y bagajes al Partido Socialista. Una propuesta que se estudiará con cariño, pues al olor del poder se une esa especie de paz constantiniana y la sobreentendida promesa de participar en el gobierno. Al final solamente se va a quedar el Partido Socialista Popular Regionalista de Izquierda Unidos. Todos. Eso sí que será la paz eterna. Una sola fe, un solo señor y padre. Amén.

*Profesor