Los cofrades de la Soledad y el Santo Sepulcro se arriesgaron, pero la lluvia les obligó a recogerse nada más salir y solo la urna barroca pudo llegar hasta la fuente de Santo Domingo. Es un paso demasiado valioso para la cofradía como para dejar que se mojara procesionando, como iba, a descubierto. Tenían una espinita clavada porque el año pasado la lluvia ni siquiera les dejó cruzar el umbral y lo intentaron, pero ayer San Pedro se quedó a las puertas y San Juan, la Magdalena y la Soledad no llegaron a moverse de la iglesia.

Tenían preparados los plásticos para todos ellos, pero se resignaron y todo se redujo a un sencillo rezo acompañados por el obispo, Amadeo Rodríguez. "Tenemos que pensar con la cabeza, no con el corazón" explicó su hermano mayor, Antonio Sánchez-Mora, apelando al valor de los pasos. De hecho, artísticamente hablando la Soledad, obra de Salvador Carmona, está a la cabeza de la Semana Santa placentina así como el Sepulcro del XVII, que alberga el original Cristo tallado en corcho policromado y de una sola pieza.

Al cumplirse este año el décimo aniversario del hermanamiento de la Guardia Civil con la cofradía, una treintena de agentes de Cáceres vinieron a custodiar el Sepulcro y la propia alcaldesa, Elia Blanco, era la representante de la autoridad civil. Para hoy, la Hermandad de la Pasión confía en que la lluvia dé una tregua y puedan celebrar el encuentro de su paso titular con el de la Virgen del Rosario. También esta cofradía tiene su espinita clavada porque el agua les impidió salir el lunes. Hoy esperan quitársela a partir de las 11.30 horas desde Santo Domingo para unir a ambos pasos en la plaza en un vistoso desfile.