Su interés personal y académico le llevó a investigar los contenidos culturales en 14 televisiones de ámbito nacional y autonómico, una investigación novedosa que ha reflejado en la tesis que ha presentado recientemente y por la que ha obtenido una calificación de ´cum laude´ por unanimidad.

--¿Qué le llevó a investigar este tema?

--El interés venía, sobre todo, porque desde la aparición de las televisiones privadas la programación empezó a degenerar en contenidos poco éticos y estéticos. La temporada que yo he analizado, de octubre del 2003 hasta julio del 2004, marca un punto de inflexión porque el gobierno obligó a las televisiones a poner en marcha un código de corregulación para limitar esos contenidos, sobre todo en la franja de protección de menores. Un código que, como se ha visto después, ha sido totalmente incumplido por Telecinco y Antena 3.

--¿Cuáles han sido las principales conclusiones?

--Los datos hablan por sí solos, el número de programas culturales y de calidad de ninguna manera es un número óptimo. La 2 de TVE, seguida del Canal 33 de la televisión autonómica de Cataluña, son las que más horas de programación cultural y de calidad tienen, eso no quiere decir que ese número de horas sea el ideal, pero después de ver que había tan poco se puede decir que sólo estas dos cumplen las expectativas. El número de horas que ha emitido la 2 de TVE en el periodo de análisis ronda las 1.450 horas, un 26% de la programación, y el canal 33 1.400 horas, un 23%. Le siguen las cadenas de segunda generación, como Punt 2 de Valencia y el Canal de Andalucía. Sin embargo, en Antena 3 y Telecinco, líderes de audiencia, los contenidos culturales están totalmente omitidos o ignorados.

--¿Cómo ve la tele del futuro?

--Yo soy bastante pesimista, porque visto lo que tenemos no sé yo si con tantas cadenas esto va a cambiar. Como lo que prima es la rentabilidad económica por encima de la realidad social, soy bastante pesimista.

El futuro son las cadenas generalistas pero con un tipo de programas que aporten entretenimiento con calidad, programas de humor y entretenimiento basados en la inteligencia. Está claro que necesitamos un organismo que regule los contenidos, como hay en otros países, donde se multa por la emisión de ciertos contenidos. El hecho de multar disuade a las cadenas.

--Parece, entonces, que la cantidad está reñida con la calidad...

--Ojalá que al tener más oferta esto cambie, pero de momento soy bastante pesimista viendo que hay televisiones que dedican un canal a la telerrealidad.

--Se suele justificar este tipo de contenidos afirmando que es lo que demanda la audiencia, ¿Qué tiene eso de cierto?

--Ahora mismo los grandes consumidores son las personas mayores, las del mundo rural y las clases más bajas, entonces las cadenas abandonan una programación equilibrada que llegue a todos los sectores sociales y se inclinan por el gusto de los grandes consumidores, que según las estadísticas son éstos. Pero yo no estoy de acuerdo, si tú das otro tipo de contenidos a la audiencia ésta se acostumbra.

--¿Qué puede aportar la televisión extremeña?

--Si sigue el modelo de las autonómicas existentes, poco va a aportar la televisión extremeña porque éstas están siguiendo el modelo de las televisiones generalistas nacionales. Espero que los responsables de la nueva televisión reflexionen sobre qué tipo de programación quieren ofrecer. Es positivo tener una televisión, pero debe abrirse hacia otros campos y modos, nos tenemos que fijar en otros países. Si lo que hay aquí no nos sirve tenemos que buscar otros referentes, hay televisiones en Francia y Reino Unido haciendo muy buenos programas. Tenemos también la televisión catalana, es la única que tiene un consejo regulador y una programación de calidad.