Arboles decorados con motivos navideños, luces de colores, un portal del belén... Cualquiera que visite hoy la Base Miguel de Cervantes podría dudar de que las tropas extremeñas destacadas en Líbano están cumpliendo una misión de paz en un terreno en conflicto.

Los más de 700 cascos azules de la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI, que llegaron hace poco más de un mes a esta zona de Oriente Medio procedentes de la base pacense de Bótoa, ya han comenzado a sentir el ambiente de unas navidades que serán totalmente diferentes a la de los últimos años. "Mi actual familia está aquí", afirma a Efe el general Casimiro Sanjuán, jefe de la Brigada Este de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano, intentando ocultar la nostalgia que comienza a aflorar en toda la tropa. "Trataremos de festejar estas fiestas como si estuviéramos entre los nuestros. No es la primera vez que nos encontramos fuera, y por eso consideramos que los habitantes del sur del Líbano son ahora nuestras familias", agregó.

Los soldados han montado un belén dentro de una maqueta de un vehículo blindado, presidiendo el patio de armas y con los Altos del Golán y el monte Heremoun como fondo. Además, han comenzado los preparativos para celebrar estas fiestas, en las que disfrutarán menú especial esta noche, mañana, en Nochevieja y el día de Año Nuevo.

Eva Merchán, una de las soldados, refleja bien el sentir de sus compañeros. Le gustaría estar junto a su familia, pero se consuela: "Lo pasaré con los amigos, que creo que compensarán esa ausencia. Porque hubiese podido ser mucho peor, pero el ambiente que vivimos es festivo".

Peor lo lleva el soldado Sánchez. No solo es "la primera vez que estoy en misión fuera de mi patria en Navidades". También añora a su esposa, que está embarazada. "Estoy un poco triste por estar lejos de los míos, pero a la vez he podido comprobar muchas cosas positivas aquí, como el buen tiempo, parecido a España, o las relaciones con la gente, que son muy amables, cordiales y cercanas a nosotros", dijo Sánchez

Actos benéficos

El contacto con la población libanesa es continuo. De hecho, los soldados españoles participan con niños y menores en fiestas y actos benéficos, como la que se celebró hace una semana en la localidad de Keeya, con una representación teatral y un espectáculo al que asistieron más de 500 niños de la zona. Los soldados correspondieron con sonrisas, caramelos y unos villancicos españoles.