De los cerca de 425.000 edificios destinados a viviendas en Extremadura, solo el 0,6% cumple los criterios de accesibilidad universal para personas con movilidad reducida o discapacidad, y únicamente un 16% son accesibles de la calle al portal.

Así lo recoge el estudio ‘La accesibilidad en las viviendas de España’, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios, en colaboración con la Cátedra Unesco de Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. A pesar de que en diciembre de 2017 finalizó el plazo para que las comunidades de propietarios cumpliesen con los requisitos de accesibilidad universal, tal como recoge la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su inclusión social, solo el 0,6% se ajusta a esta normativa.

Es más, un 84% de los edificios extremeños no son accesibles de la calle al portal, solo el 23% de las fincas tienen rampa y un 38% carece de ascensor. La investigación, realizada entre más de 2.000 viviendas, desvela que el 33% de los edificios no poseen portero automático y, de los que lo tienen, el 73% no es accesible para una persona en silla de ruedas.

El informe señala que el 70% de los encuestados desconocen la norma (Ley de Propiedad Horizontal), la cual permite a los propietarios mayores de 70 años o con discapacidad forzar adaptaciones de accesibilidad universal hasta un determinado importe sin la necesidad del consentimiento de la comunidad de propietarios. El problema, según recoge el informe, es un parque de viviendas «envejecido» y problemas de morosidad en el seno de las comunidades de propietarios como consecuencia de la crisis.

También se remarca que un 38% de los edificios extremeños carece de ascensor, y solo un 11% de estos elevadores instalados lleva incorporado un aviso sonoro. En cuanto a los buzones, en un 80% de los casos no puede accederse a ellos desde una silla de ruedas.

El estudio analiza también el grado de accesibilidad de las zonas comunes, desvelando que únicamente el 3% de los garajes extremeños son plenamente accesibles y que un 52% de los entrevistados considera que las plazas de aparcamiento no son adecuadas para una persona con movilidad reducida.

Además, las personas con necesidades especiales de accesibilidad no pueden tampoco disfrutar plenamente de áreas como la piscina o los jardines, dado que solo se consideran accesibles el 44% de las zonas comunes.