El empleo está cada vez más precarizado. El trabajador no tiene ninguna perspectiva de futuro cuando accede a un puesto, ya que la mayoría de las veces es temporal o por horas, términos incompatibles con la estabilidad. Es el análisis que hace Teodoro Casares, secretario de Formación y Empleo de UGT. Y aporta una cifra: solo el 3,6% de los contratos que se han creado en lo que va de 2016 son indefinidos.

En cifras concretas, desde enero hasta la fecha se han generado un total de 292.173 trabajos, de los que 281.573 son temporales y apenas 10.600, indefinidos.

"La mayoría son a tiempo parcial o nunca duran más de un año. Eso no da ninguna seguridad al trabajador. Es la consecuencia de las dos reformas laborales que hemos tenido, la segunda, aún peor", expresa Casares.

La agricultura, la hostelería y los servicios --aunque aquí es menos frecuente-- son los principales sectores donde la temporalidad es la nota dominante. En demasiadas ocasiones ésta termina siendo una dura precariedad que no permite al empleado salir del riesgo de exclusión social.

De hecho, según el indicador AROPE, en la región un 35,2% está en peligro de quedar al margen de la sociedad, frente al 28,6% que existe a nivel nacional.

Además, en el último año se ha vuelto a incrementar el porcentaje de hogares con todos sus miembros en paro. Una prueba más de la fragilidad de la supuesta recuperación del mercado de trabajo.

Aún así, la población activa alcanzó en Extremadura la cifra de 504.500 personas en el primer trimestre del año, lo que supone un aumento de 2.700 empleados con respecto al mismo periodo de 2016.

Pero como incide Casares, "el problema que tenemos es que el trabajo no está aumentando, sino que se está repartiendo, porque no hay una industria que genera nuevos puestos".

Desde CCOO aseguran que "no hay cambio en el modelo productivo hacia sectores industriales y de alto contenido tecnológico, lo que plantea serias dudas sobre la calidad y durabilidad del empleo que se está creando".