Sólo el diestro extremeño Perera sobresalió en el gris cierre del abono sevillano

El paupérrimo juego del ganado lidiado en las tres tardes que cerraron el abono de 2013 en la Maestranza marcó negativamente un ciclo en el que varias de las primeras figuras se veían las caras por última vez esta temporada en un coso de máxima categoría.

La mayor decepción se vivió el domingo, cuando al reclamo de "Morante de la Puebla", "El Juli" y Alejandro Talavante, la plaza sevillana se llenó hasta la bandera. Pero la nula bravura de los toros de Juan Pedro Domecq y Parladé negó toda posibilidad de que la emoción llegara a los tendidos.

Tampoco estuvo a la altura el encierro que abrió esta breve feria el pasado viernes, una corrida de José Luis Pereda también con la casta bajo mínimos y que deslució, tanto como la lluvia que cayó esa tarde, el mano a mano entre Antonio Nazaré y Jiménez Fortes, dos de los mejores aspirantes al relevo en la primera fila de matadores.

Los toros de la familia García Jiménez lidiados el sábado 28 tampoco estuvieron sobrados de raza y menos aún de presencia, pero varios ofrecieron ciertas posibilidades de triunfo.

No llegó a aprovecharlas el sevillano "El Cid", en dos faenas de decreciente intensidad, mientras que el francés Sebastián Castella no tuvo opciones con el peor lote.

El triunfador de la tarde y también de la feria, con el corte de la única oreja concedida, fue Miguel Ángel Perera, que volvió a hacer alarde de autoridad con un toreo rotundo que, de no haber fallado con la espada ante el quinto, le hubiera valido algún trofeo más.

Perera se mostró en la Maestranza de Sevilla al mismo nivel que ha mantenido durante una temporada de gran regularidad en el éxito, a cuya finalización, el próximo 19 de octubre, contraerá matrimonio en Salamanca con Verónica Gutiérrez Lorenzo, hija del matador de toros y ganadero Niño de la Capea.

Una semana antes, en la plaza de Sevilla aún se celebrará un festival benéfico, cuyo cartel ha sido presentado hoy en la capital hispalense.