Sólo un hospital extremeño, el Infanta Cristina, cuenta con Unidad de Nutrición Clínica y, además, está incompleta, según explicó el jefe del Servicio de Endocrinología de este centro, Luis Miguel Luengo, quien agregó que, según el Plan de Salud, tenía que haber una unidad de este tipo por área este año.

Luengo explicó que en este tipo de unidades son necesarias para controlar la alimentación de los pacientes ingresados, y evitar la desnutrición, derivada de que, por ejemplo, no se tenga en cuenta que un enfermo tenga que ayunar para someterse a diversas pruebas, lo que haría necesario adaptar la dieta y la hora de la comida, o la falta de apetito que puede provocar la propia situación de ingreso.

El jefe de Endocrinología indicó que en este momento se está realizando un estudio sobre la malnutrición en pacientes extremeños mayores, pero que la tasa de incidencia de este problema podría estar entre el 20% y el 50% de los ingresados, según patologías.

Según Luengo, que reconoció que en los últimos años se han producido avances en cuanto a la alimentación en los hospitales, como la posibilidad de elegir entre dos menús, contar con servicios de nutrición clínica no sólo supondría un beneficio para los pacientes, sino que acarrearía un ahorro de costes para la sanidad pública, ya que diversos estudios realizados, una adecuada vigilancia de la alimentación reduce sensiblemente el tiempo de hospitalización.