La mina de Cañaveral es un proyecto empresarial viable y atractivo. Lithium Iberia está ultimando la fase de investigación que iniciaron hace justo un año, con el fin de evaluar el interés de la veta de litio que hay en el terreno en el que ya se asentó la mina de Las Navas, pero con los datos disponibles ya, la decisión de los promotores del proyecto «es firme», según confirman desde la empresa: el proyecto empresarial es viable tal y como está planteado y hay litio más que suficiente en la zona para que sea un proyecto rentable.

«Todos los análisis que estamos haciendo de los sondeos están arrojando resultados muy positivos y eso nos invita a seguir con el proyecto. Hay litio. Ahora estamos terminando de analizar en qué minerales está concentrado para poder actuar de una manera o de otra y poder extraerlo», confirmaba esta semana a este diario uno de los responsables de Lithium Iberia. Esta es la segunda campaña de sondeos que se lleva a cabo en la zona.

Los promotores de la mina han invertido ya casi 4 millones de euros en los trabajos de investigación. La primera campaña de sondeos se llevó a cabo entre julio y septiembre de 2019. Como los resultados fueron alentadores, se inició en enero de 2020 una segunda fase más amplia que es la que sigue en marcha aún. Los trabajos no han cesado desde entonces en las inmediaciones del terreno que albergó la zona de labores de la antigua mina, donde se pueden ver aún los restos de los trabajos que entonces se llevaron a cabo. Ya se han realizado un treintena de sondeos allí y a lo largo de este mes se realizarán los dos que cierran esta investigación, en la que se está profundizando entre 200 y 600 metros en función de la zona. Se trabaja las 24 horas en turnos de mañana y noche con la máquina que extrae las muestras, que horada una media de 45 metros por día. «No es fácil avanzar porque lo que se está cortando es roca», recuerda el geólogo que supervisa los trabajos en la finca boyal de Cañaveral.

De hecho, aunque la máquina es la misma que se utiliza para perforar el suelo en un sondeo para buscar agua, por ejemplo; en este caso se emplea una boca especial con pequeños diamantes, capaces de cortar la roca para extraer una barra de piedra continua de 3,15 metros de longitud. Cada pieza se identifica (se anota el principio y el final de la cota para identificar el punto exacto del que se extrajo) y se fragmenta en piezas más pequeñas para trasladarlo más fácilmente. Lugo se colocan ordenadas en una caja de madera compartimentada y se lleva a las naves en las que se realiza el primer análisis.

Dos análisis

Con los sondeos se han extraído ya 12.000 metros de testigos del terreno. Cada jornada se trasladan entre 10 y 15 cajas a las instalaciones que tienen en el polígono de Cañaveral. Allí se describe cada muestra y se realiza un análisis geológico y geotécnico, se identifican los tramos mineralizados y se envía un fragmento longitudinal de un cuarto del testigo al laboratorio en el que se va a practicar el análisis más exhaustivo, en el que se determinará la composición: no solo la presencia del litio en el terreno, sino también a que minerales está adherido y en qué proporción se encuentra en ellos.

«Esa información es crucial, porque va a condicionar cómo habrá que proceder una vez que se extraiga el mineral para separar el litio», señalan desde Lithium Iberia sobre el alcance de los estudios que llevan ahora a cabo. Aunque los trabajos de investigación no hayan culminado, los empresarios están «convencidos» del interés de este proyecto minero .

La información que revele esta fase de investigación permitirá definir el proceso de extracción y transformación previsto, que tendrán que remitir a la Junta de Extremadura cuando den el paso de solicitar la concesión de explotación. Según los plazos previstos, ese trámite debería iniciarse en diciembre. La empresa activó a finales de mayo el proceso administrativo al presentar el documento de inicio del proyecto y está a la espera de que la Junta emita el documento de alcance, que es el que define todos los requerimientos medioambientales que se exigen al proyecto para extraer y procesar el litio de Las Navas. La empresa tendrá que dar respuesta a todo eso en el proyecto y el plan de restauración que presentará a finales de 2020 o principios de 2021, junto a la solicitud de concesión de explotación.

Por delante

A lo largo de 2021 la Junta tendría que evaluar toda la documentación y determinar si autoriza la explotación. Eso puede tardar entre seis meses y un año, pero en el seno de Lithium Iberia confían en que los plazos no se demoren en exceso. Su planificación contempla iniciar los preparativos y la construcción de las naves de procesado industrial antes de que termine 2021 y que la primera fase de la explotación, la de la mina a cielo abierto, se inicie a finales de 2022 o principios de 2023.

Según la previsión de la empresa, esa fase a cielo abierto duraría seis años y se llevaría a cabo básicamente en la antigua zona de labores de Las Navas, el punto en que ya hubo una mina. A continuación se iniciaría una segunda fase de extracción en galería (dura 13 años). Pero para que eso sea posible, en torno a 2026 o 2027 habría que compatibilizar la extracción con la ejecución de las galerías, para no parar el proyecto al concluir la primera fase. Del mismo modo, la extracción en galería se llevaría a cabo después de forma paralela a los trabajos de recuperación de la mina a cielo abierto, «en los que se incluirían la recuperación también de los restos de la vieja mina», precisan en Lithium Iberia. H