El estío es un tiempo ideal para lo que ha venido en llamarse las sopas frías, las cuales integran una serie de elaboraciones muy diversas, muchas de ellas que se pueden tomar bien calientes o frías, dependiendo de la época, pues un ejemplo lo tenemos con el ajo blanco, sopas judeomusulmana que en un principio se tomaba caliente y era propia de los enfermos por el valor antiséptico que tienen los ajos, hecho que se señala en la Vida y Hechos de Estebanillo González : "Comimos al mediodía un gazpacho que me resfrió las tripas y a la noche un ajo blanco que me encalabrinó las entrañas".

La sopa se define toda "vianda compuesta de caldo y pan", definición que con el tiempo ha cambiado y básicamente se habla de elaboración caldosa que suele ser producto de cocción, sin embargo la modernidad ha conseguido que a todo caldo se le suela llamar "sopa" sea producto de la cocción o no, pues las frías suelen estar elaboradas habitualmente con frutas y verduras. La condesa de Pardo Bazán en su Libro de Cocina tradicional española dedica dos apartados a las sopas frías, diferenciándolas según esté elaboradas con agua o vino: "Sopas frías en vino" y "Sopas frías en agua". A fin de cuentas, las sopas es uno de los mejores reconstituyentes que existen en la cocina, y en el caso de componerse con vino suelen someterse a calor para eliminar el exceso de alcohol, aunque después se tomen frías.

XPOSIBLEMENTEx las últimas décadas se han puesto de moda las sopas frías y, en concreto, en la cocina moderna han alcanzado cotas muy estimables, pues la combinación de verduras, frutas y otros ingredientes culinarios han hecho que la imaginación sea su mejor aliada. De todas las sopas frías de ámbito internacional es la vichyssoise la sopa fría más conocida. Elaborada a base de patata, puerros, cebolla, leche y nata apareció por primera vez a finales de los años veinte en New York de la mano de Louis Diat cocinero del restaurante "Rich-Carlton" el cual homenajeo a su ciudad natal Vichy con la elaboración de esta sopa.

Como hemos dicho anteriormente las sopas frías estivales son de las elaboraciones más propias de la imaginación y se puede tomas tanto en un plato de diseño como en una copa cristalina de adornos minimalistas. Existen sopas frías de tomate y champiñones, de calabaza y naranja, de piñones y nueces o de menta y albahaca, entre otras muchas, algunas de ellas se han convertido en caldos espesos o cremas, como la de calabacines. A todo aquél que se meta entre la cacharrería culinaria, la elaboración de una sopa fría es una manera de excitar a la imaginación.

La sopa fría refresca y es muy nutritiva, ya que su valor en vitaminas y otros principios son más que estimables. En si la sopa fría, se puede decir que es propia de países mediterráneos donde "el calor" acompaña los meses de verano y se debe refrescar el garguero que dicen los clásicos. Se puede decir que es un cóctel de vitaminas además de ser una buena manera de comenzar una cena de terraza con una agradable compañía.