El clima de la región dejará de ser adecuado para el 70% de las principales especies forestales en los próximos 40 años. Es lo que estiman los expertos ante la llegada del cambio climático con un escenario moderado en el que las temperaturas máximas de la región subieran al menos tres grados. En el mejor de los casos, los cambios meteorológicos amenazarían al 57% de las especies forestales y en el peor, hasta el 94%.

Las previsiones no son nada halagüeñas para Extremadura, que en un primer estudio en profundidad se coloca como la comunidad autónoma más afectada en el futuro por el calentamiento generalizado y la aridez --en cuanto a las precipitaciones no están existe predicción y se contempla el régimen hídrico actual--. Le siguen de cerca Andalucía y Madrid.

"El progresivo calentamiento será especialmente notable en la mitad sur occidental española, lo que provocará problemas en la flora y en la fauna", explica Angel M. Felicísimo, doctor en Biología de la Universidad de Extremadura y coordinador del estudio nacional sobre la flora incluido en el trabajo denominado Vulnerabilidad y Adaptación de la Biodiversidad Española frente al Cambio Climático , del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

De este trabajo, realizado por el grupo de investigación Kraken de la Uex durante los últimos tres años, se extraen todos los datos que colocan a las especies extremeñas entre las más amenazadas del país. Detectar éstas para mitigar los efectos es el objetivo de esta publicación, que ha predecido la situación futura de los hábitats y taxones --grupo de organismos emparentados-- de la flora española ante diversos escenarios de cambio global que podrían producirse a lo largo de este siglo, "porque exactamente nadie sabe que ocurrirá", señala el biólogo.

En Extremadura el "estrés hídrico" por el aumento del calor y la aridez --en mayor o menor medida-- podría generar a medidos de este siglo un gran problema para la dehesa: la desaparición completa o casi de los alcornoques, una especie ligada especialmente a la región --también se da en Cádiz y la costa septentrional de Cataluña-- que se asocia a temperaturas estivales mínimas relativamente bajas y máximas invernales altas. Esta será la especie forestal más vulnerable de la región, según el estudio. "Es el resultado más preocupante porque este árbol tiene una gran importancia económica para Extremadura", señala Felicísimo. Pero también es importante para el ecosistema donde crece esta especie. "Detrás de los grandes árboles va todo lo que hay debajo y esto afectaría en conjunto a la dehesa, un sistema productivo que tiene siglos".

Según el profesor de la Uex, el alcornoque, que desaparecería también de Andalucía, "aunque parece muy resistente necesita más agua que otras especies como la encina y no logra soportar temperaturas elevadas. Como no existen experiencias previas, no podemos asegurar como reaccionará este árbol, pero la pérdida en el mejor de los casos será elevada". Pese a todo, algunos ejemplares podrían cobijarse en refugios o microclimas y Galicia o Asturias pasarían a ser un área potencial importante para su conservación. "Siempre habrá zonas de refugio pero la mayoría de la especies tendrán problemas importantes", sostiene.

Pinsapos, abetos, robles y encinas, junto con los alcornoques, son las especies que más sufrirán con el aumento de temperaturas en todo el país. En Extremadura, árboles que tienen requerimientos hídricos importantes, como el rebollo o el quejigo también serán especialmente vulnerables, mientras que la encina parece que resistirá. "Aquí no desaparecerá", aunque podría reducirse el número de ejemplares en el sur de Extremadura y el norte andaluz ante un escenario adverso, según el informe. "La encina es más resistente y parece que se adapta bien tanto a zonas con más precipitaciones como con menos". "Además tiene más opciones, está más extendida por el país e incluso podría ocupar el lugar de los alcornoques", considera.

Para determinar la modificación de los hábitats en las próximas décadas, los investigadores han trabajado con 75 especies forestales y con otras 150 catalogadas como amenazadas. "Estas lo tiene bastante peor porque ya están en una situación complicada". En todo el país, el 50% de los ejemplares que están en la lista roja tienen un futuro crítico y podrían desaparecer, abunda el coordinador.

LA FAUNA TAMBIEN PELIGRA En el caso de la fauna de la región, los resultados de la segunda parte del proyecto encargada a investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, dependiente del CSIC muestran resultados generalizados.

"En la mitad sur de la península los anfibios y los reptiles saldrán muy perjudicados ante un escenario climático extremo", sostiene el profesor de la Uex. La explicación es lógica: las aves y otros mamíferos tienen capacidad de dispersión mientras anfibios y reptiles no pueden emigrar. En general, concluye el coordinador del estudio, "todas las especies, tanto de flora como de fauna, de seguir las pautas actuales tendrían que desplazarse hacia el norte, porque el calentamiento es más intenso en la zona suroeste", determina.