Hungría, Francia, Holanda, Italia, Alemania, Portugal, Dinamarca, Grecia, Armenia, Estados Unidos, Inglaterra, Brasil, Vietnam, Australia, China... y la lista sigue creciendo cada día. El Stonehenge extremeño está dando la vuelta al mundo a gran velocidad. Su valor patrimonial y su belleza paisajística lo han convertido en noticia relevante en numerosos y diversos países.

Además, una compañía de arte de Nueva York ha publicado recientemente una lista con los ocho descubrimientos arqueológicos más importantes de la última década y el dolmen de Guadalperal ocupa el puesto número dos.

En casi todas las informaciones que recogen los medios de comunicación extranjeros destacan que los menhires volverán a quedar debajo las aguas del pantano de Valdecañas porque no se va a llevar a cabo el traslado del conjunto megalítico (una decisión que está siendo muy cuestionada), aunque también se destaca que el objetivo de la Junta de Extremadura y del Estado central es ponerlo en valor para que se aproveche como recurso turístico. ¿De qué manera será posible? Aún no se sabe.

Los accesos, ¿cerrados?

La gran repercusión internacional evidencia la importancia de este yacimiento, que ya atrae a numerosos curiosos a la zona, aunque los accesos a los menhires sean complejos. De hecho, ya ha habido denuncias de particulares de que existen caminos públicos que han sido cerrados al tráfico. Además, en fincas privadas cercanas al dolmen cuelgan carteles en los que se puede leer claramente que está prohibido el paso a los turistas.

No cabe duda de que el conjunto megalítico junto a Valdecañas ha supuesto un revulsivo y se presenta como una gran oportunidad de riqueza para Extremadura en diferentes aspectos. Otra cuestión es cómo se va a utilizar el valor patrimionial y el tirón mediático como beneficio para la comunidad.

Bien de Interés Cultural

Desde la Junta han anunciado que se van a iniciar los trámites para nombrar el dolmen de Guadalperal como Bien de Interés Cultural (BIC), «incluso aunque pueda quedar bajo las aguas», se lamentan desde la asociación cultural Raíces de Peraleda, que defiende que se muevan los menhires y se coloquen en una zona segura junto a la orilla del pantano para no correr el riesgo de perderlos cuando lleguen las lluvias.

Mientras tanto, el Stonehenge extremeño sigue impresionando en medio mundo por valor patrimonial y su belleza paisajística.