El presidente de la Asamblea, Federico Suárez, se reúne hoy con los presidentes de los tres grupos parlamentarios, Francisco Fuentes (PSOE), Carlos Floriano (PP) y Teresa Rejas (IU), para intentar cerrar la crisis abierta el 24 de mayo, cuando el pleno tuvo que ser suspendido tras los incidentes originados por la expulsión de dos diputados del PP.

Este encuentro, aplazado la pasada semana a instancias de Floriano, debería servir para permitir que la sesión suspendida cuando se debatía una propuesta de IU sobre la refinería, se retome con normalidad el próximo jueves, y se reconduzcan las relaciones entre los tres grupos.

Sin embargo, el ambiente sigue enrarecido, como lo demuestran las declaraciones de responsables de los tres partidos durante los días que siguieron al polémico pleno, y en las que cada uno echaba la culpa al otro.

CRUCE DE DESCALIFICACIONES Lo cierto, y según se refleja en el Diario Oficial que recoge esta sesión, es que ningún grupo se privó de ir calentando la sesión, hasta el incidente final. Así, el popular Javier Casado aludió a que los altos cargos de Sanidad estaban en el hemiciclo en vez de estar trabajando para reducir las listas de espera, y aseguró que los escoltas pagaban los cafés "y eso" del presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, "cuando va de viaje por ahí".

Por su parte, Cristóbal Guerrero (IU) dijo que los socialistas eran "empleados menores" de Alfonso Gallardo, descalificación que también aplicó a los secretarios regionales de UGT y CCOO, lo que le valió una reprimenda de Federico Suárez.

Por su parte, Rodríguez Ibarra --atribuyendo la alusión a los altos cargos de Sanidad a Guerrero en vez de a Casado, que fue quien la pronunció--, dijo al diputado de IU, que ejerce como médico en el hospital de Llerena: "Yo he decidido trabajar en la política, y no como usted, que trabaja en la Sanidad pero está aquí, aumentando la lista de espera hoy en Llerena".

La frase provocó una reacción airada en un grupo de parlamentarios del PP, especialmente por parte de Teresa Angulo y Alberto Casero, quienes fueron primero apercibidos y luego expulsados por el presidente de la Cámara. Al negarse éstos a marcharse, y tras pedir inútilmente a Ibarra --que estaba en el uso de la palabra-- que se sentase, Suárez suspendió el pleno.

De cara a la reunión de hoy, el punto más conflictivo es la situación de Angulo y Casero. El presidente de la Asamblea aseguró que no podrían participar cuando se retomase el pleno el día 9, y el PP afirma que no entrará en la sesión si sus dos diputados no participan.