Un dicho popular español dice que la suerte hay que buscarla, pero muchos ciudadanos la buscan a base de talonario. Los extremeños se han gastado en los últimos cinco años 2.364 millones de euros (393.336 millones de las antiguas pesetas) en los distintos juegos de azar y apuestas del Estado. Pese a lo abultado de la cifra, el gasto en Extremadura en bingos, tragaperras, loterías, quinielas y cupones es de los más bajos de España, aunque cada extremeño se dejó el pasado año una media de 468 euros en estos juegos, un 14% más que en 1999. El pasado año en España se recaudaron en juegos 26.700 millones de euros.

Las cantidades jugadas en la región se han incrementado año tras año, salvo del 2001 al 2002, aumentado un 14% de media de 1999 al 2003, según los datos de la Comisión Nacional del Juego, del Ministerio del Interior. Así, en este período el gasto en juegos en Extremadura fue de 441 millones de euros, 479 millones, 496, 447 y 501 millones, respectivamente.

Apuestas por lo público

Además, durante estos últimos cinco años las cifras reflejan una caída de recaudación en los juegos de gestión privada; es decir, bingos y máquinas tragaperras (tipo B), así como en el cupón de la ONCE, mientras que crece de manera notable la cantidad jugada en loterías y apuestas del Estado, sobre todo en la Lotería Nacional, la Lotería Primitiva y la Bono Loto y, en menor medida, en la Quiniela de fútbol.

Pese a estas pérdidas en el sector privado, las máquinas tragaperras siguen siendo, con diferencia, el juego preferido por los extremeños. El pasado año, por ejemplo, supuso casi la mitad del gasto total; seguido por los casi 73 millones de euros recaudados por la Lotería Nacional. El cupón de la ONCE tampoco atraviesa por un buen momento y su recaudación cae año tras año en la región, pasando de los 59 millones en 1999 a los 53 millones de recaudación del pasado año, superando sólo a la Quiniela y a la Bono Loto.

Pero, si se atiende al llamado gasto real ; esto es, las cantidades desembolsadas para jugar menos lo que se devuelve en premios, la cuantía general baja de forma considerable. El pasado año, último dato oficial, este indicador hizo que el gasto efectivo fuera de 165 millones de euros, lo que supone que los extremeños recuperaron en premios unos 335 millones.

Sin embargo, el total jugado se concentra sobre todo en un numeroso grupo de personas. En Extremadura, casi 11.000 ciudadanos tienen adicción a los juegos de azar, en mayor medida a las máquinas tragaperras, que acumulan la práctica totalidad del gasto de estos enfermos.

Los ludópatas son cada vez más jóvenes y se aferran a adicciones como el alcohol, las drogas o internet. El perfil del ludópata extremeño es el de un hombre, mejor de 35 años, que juega casi siempre a las máquinas, mientras que la mujer se decanta más por los bingos, en centros privados.