La decisión que ayer tomó Philip Morris de bajar los precios de sus principales marcas de tabaco en España supone, aseguran los expertos, un contraataque a la política de Altadis, que el miércoles subió los precios de las marcas que comercializa también en nuestro país. Una guerra comercial que ya se ha cobrado sus primeras víctimas: los estanqueros extremeños, que ayer echaban humo porque, aseguran, perderán mucho dinero.

La estadounidense Philip Morris ha bajado una media de entre 20 y 40 céntimos algunas de sus principales marcas más compradas, como Chesterfield que ahora está en dos euros la cajetilla, L&M que se sitúa en 1,75 euros por cajetilla y su marca más conocida, Marlboro, que ahora se vende a 2,35 euros la cajetilla. Esta situación ha llevado a que este tabaco sea más barato que los de la tabaquera hispano-francesa Altadis (Fortuna, Nobel y Ducados).

El problema es que los estanqueros ya habían comprado el tabaco al precio antiguo y ahora están obligados a cobrar la nueva tarifa marcada por la compañía norteamericana, con las consiguientes pérdidas.

"Vamos a perder mucho dinero. Aquí hay una guerra que nos ha cogido en medio y nos está haciendo mucho daño", señalaba ayer el presidente pacense de la Asociación Provincial de Expendedores de Tabaco, Francisco Javier García.

Aunque algunos estanqueros y expendedores de tabaco de máquina consultados por este diario aseguraron que van a comenzar un boicot a la compañía retirando sus cajetillas de las estanterías, García insistió en que el sector debe esperar a ver qué se decide en una reunión nacional que se celebrará el día 31 y en la que se estudiarán las medidas de presión a tomar.

"Somos concesionarios del Estado y tenemos que vender al precio que marca el BOE. Lo sabemos, pero lo que exigimos es una estabilidad en los precios", indicó García.