Cuando se habla del binomio investigación-innovación y de Extremadura existe una tendencia natural a pensar en el sector agroalimentario, en la emergente, omnipresente e imperativa bioeconomía o en las energías renovables. Es lógico. La mayor parte de las actividades científicas y tecnológicas en la región están relacionadas con ello. De hecho, también aquellas que nada tienen que ver con la I+D+i. Si a esto sumamos la gran asignatura pendiente y compartida entre comunicación e investigación, el hecho de que existen grandes investigaciones en nuestra región que no se conocen lo que debieran se antoja evidente.

Y es que Extremadura investiga e innova en campos que van más allá del gran laboratorio verde y agronómico que es la comunidad autónoma. Hay en la región investigadores que aportan verdadero valor al patrimonio global de la innovación en áreas que a muchos sorprenderían. Es el caso de Carolina Amador. Directora del Instituto Universitario de Investigación en Lingüística y Lenguas Aplicadas (LINGLAP) de la Universidad de Extremadura se define como una apasionada por la lengua, de espíritu explorador e inquieto, y tremendamente aficionada a los retos. Carolina enarbola el discurso que cualquier investigador en este país: “la inversión en investigación, ciencia y tecnología es fundamental, porque sin ella no avanzaremos. Hay temas que requieren atención inmediata. Los investigadores somos gente que se deja la piel en buscar respuestas, porque nos apasiona lo que hacemos; invertir en nosotros es una apuesta segura”. Pero hay algo diferente en ella, y es que su experiencia en la investigación se centra en la sociolingüística, la rama de la lingüística que se ocupa de investigar cómo se usa la lengua en su contexto social. “Mi investigación a lo largo de los ya más de 20 años que llevo en esto se ha centrado en la variedad del inglés de Irlanda, que me ha servido para explorar cuestiones de identidad, por ejemplo, o para aportar datos importantes en la rama de la historia de la lengua inglesa”, explica.

En la Universidad de Limerick, tercera ciudad más poblada del país, de arquitectura georgiana y con gran encanto medieval y céltico, ubicada en el sur, provincia de Munster, descubrió la Lingüística de Corpus, una de las áreas de investigación de mayor desarrollo en los estudios del lenguaje. “Su aplicación al material que trabajo me ha llevado por avenidas verdaderamente fascinantes”, asegura. Pero Carolina se queja de que sus proyectos, hasta la fecha, no parecen interesar a quienes tienen poder para financiarlos.

En los años que lleva al frente del Instituto ha apostado por la ecolingüística, y por la comunicación a gran escala, con un foco especial en la (des)cortesía verbal, “pero de momento no hemos obtenido resultados en cuestión de financiación, a pesar de que son dos temas muy relevantes en el contexto en el que nos encontramos”. Ese contexto al que alude no es otro que el entorno natural de Extremadura, que esta investigadora califica como “ideal” para desarrollar proyectos sobre ecología y lenguaje. “Estamos perdiendo una oportunidad de oro para poder formar equipos aquí, con investigadores muy valiosos como los que tiene el IUI”.

La Lingüística de Corpus centra sus investigaciones en datos obtenidos desde muestras reales de uso de una lengua determinada. Esto permite, entre otras conclusiones, arrojar luz al desarrollo histórico de una lengua que facilite la comprensión y aprendizaje, enlazando los hallazgos en la investigación con una mejora manifiesta en la docencia y la didáctica. Carolina combina en su carrera profesional la docencia, investigación y gestión, y ha trabajado en la Universidad de Dublín, además de la de Limerick. “En materia de docencia los resultados más importantes son los que he ido obteniendo a lo largo de los años han sido gracias a la movilidad”, comenta. Parte de su trabajo se puede consultar en el libro ‘WritingOrality’de la editorial Routledge, que recoge algunas de las investigaciones en las que lleva trabajando desde el 2012, y el próximo mes de junio participará en el congreso internacional de IVACS -del inglés Inter-Varietal Applied Corpus Linguistics-.

Gran parte de su tiempo lo ocupa la investigación en la combinación de lo que ya sabemos sobre la evolución de la lengua inglesa en el contexto de la emigración con otros métodos de análisis que consisten en la visualización de datos. Paralelamente trabaja con el investigador americano Joe Salmons, de la Universidad de Masison, para averiguar cómo se percibe una estructura lingüística concreta en el contexto norteamericano y si su uso en el inglés actual tiene que ver con lo que los emigrantes irlandeses llevaron consigo a Norteamérica.

La pasión por lo que hace es fácilmente perceptible en su blog (https://carolinaamadormoreno.weebly.com/), espacio en el que también se aprecia lo mucho que se puede -y se debe- hacer por la investigación e innovación en la comunicación intercultural, el lenguaje y la identidad, la enseñanza en el aula multicultural, la enseñanza de idiomas y la movilidad de los estudiantes.

No pasa desapercibida la dimensión internacional de sus trabajos, entre los que se encuentra la investigación y docencia que la relacionan el Consejo de Investigación de Noruega, la Universidad de Bergen, la de Granada, la Complutense, la Agencia Gallega de Garantía de Calidad en la Universidad, o la Comisión Europea, entre otros muchos. Es fácil perder la cuenta de las publicaciones científicas de esta extremeña, un ejemplo del gran talento investigador de esta región más allá de lo agroalimentario, lo turístico o lo energético.

Es Carolina uno de los perfiles de los que no perder comba, porque a todo lo dicho hay que añadir que las humanidades empiezana marcar el camino de la innovación en tiempos en los que el desarrollo tecnológico exponencial empieza a verse limitado por la capacidad de asimilación de los usuarios actuales y, mucho más, de los potenciales.Porque la innovación en el lenguaje transciende a la comunicación y al propio lenguaje;el desarrollo de la ciencia y la tecnología debe contar cada vez más con el conocimiento de humanistas que aporten una visión multidisciplinar, tanto al diseño de las soluciones tecnológicas, como al marco social de su uso.

Este reportaje se publica gracias al proyecto Oficina para la Innovación de Extremadura, financiado por la Secretaría General de Ciencia, Tecnología, Innovación y Universidad de la Junta de Extremadura y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la UE (“Una Forma de Hacer Europa”) al 80%, y gestionado por FUNDECYT Parque Científico y Tecnológico de Extremadura.