Los miembros de la Iglesia no pueden ser profetas de calamidades, sobre todo cuando hay gente que está sufriendo". Así se expresó ayer en su primera comparecencia ante los medios de comunicación el nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el extremeño José María Gil Tamayo, que también será portavoz de la institución. Tamayo ha recordado que la CEE se dedica a transmitir "la buena nueva" y que ello, cree que debe poner "el bálsamo de la esperanza" en sus mensajes, al igual que hace el Papa Francisco, de quien ha dicho que mira de una manera especial a España. El objetivo, apuntó, es transmitir el Evangelio "de forma positiva".

Párroco de la iglesia San Juan Bautista de Badajoz y periodista, Gil Tamayo aseguró creer profundamente en la comunicación y hacerla con transparencia como la mejor forma de luchar contra el rumor y la desinformación. "Creo que el secreto de la comunicación es mostrarse como uno es, sin trampa ni cartón", resaltó. Gil Tamayo se define como un cura al que le encargaron que se hiciera periodista y en este sentido, ha añadido que esa "doble vida" de profesional de la información y de cura a veces es difícil. Aún no termina de creerse su nombramiento.

PREDICAR CON SIMPATIA El secretario de la CEE, que sustituye a Juan Antonio Martínez Camino, ha hecho hincapié en que la Iglesia necesita salir de las páginas de sucesos de los medios de comunicación y ocupar el espacio que le corresponde en la sección de Sociedad, al tiempo que ha insistido en que la institución debe mostrar sus propias convicciones "con simpatía". "La Iglesia tiene un peso indiscutible en este país", ha agregado Gil Tamayo.

El sacerdote fue elegido en su cargo en la primera votación con el respaldo de 48 de los 79 miembros de la Asamblea Plenaria. Ha agradecido al presidente de la institución, el cardenal Antonio María Rouco Varela, que le haya tendido la mano como bienvenida y le haya dicho que le ayudará en todo lo que pueda.