La junta de gobierno del Cristo del Amparo se reunió a las seis de la tarde de ayer con los móviles en la mano y el último pronóstico en pantalla: chubascos sobre Cáceres en las próximas horas, según el servicio especial de la Agencia Estatal de Meteorología para las hermandades. Aunque la estación penitencial estaba prevista a las once de la noche, era inútil seguir confiando en una mejora imposible. La decisión se comunicó con rapidez a través de Twitter: "Suspendida la procesión".

"Otra vez será", animaban los cofrades a la directiva. "Será cuando él quiera", respondía el mayordomo, Juan Andrés Dorado, mirando hacia la talla del Cristo del Amparo (siglo XVII), que permanecía en su altar. Caía la tarde y, fuera, en el patio encharcado de esta pequeña ermita en la Montaña, los hermanos ayudaban a recoger las cruces de penitentes, los bastidores de las flores y la carpa protectora. Ya por la noche se celebró la Proclamación de las Siete Palabras.

Por su parte, la cofradía de los Ramos tomó la decisión final minutos antes de la salida del Cristo del Perdón (XVII), prevista a las 20.30, pero ya era casi segura por la mañana. "Los pronósticos no son nada buenos, en absoluto", auguraba el mayordomo, Pedro Canelo. No era la primera vez: esta procesión ha sufrido varias suspensiones por la lluvia. Por ello, los cofrades se resignaron y realizaron por primera vez un vía crucis en San Juan. La talla lucía ornamentada por su prioste, Martín Cisneros, entre calas, claveles, liliums y alelíes.

La Pasión cacereña llega hoy a su ecuador con seis desfiles suspendidos de un total de nueve.