La tasa de prevalencia de tuberculosis bovina se sitúa, a fecha 1 de diciembre, en el 5,6 % de las explotaciones con al menos un caso positivo, casi tres puntos menos que al cierre de 2018 (8,45 %), a pesar de las «condiciones tan negativas» este año por la sequía que contribuye a la transmisión de la enfermedad.

Así lo manifestó ayer el director general de Agricultura y Ganadería, Antonio Cabezas, antes de celebrarse la Mesa de Seguimiento de la Tuberculosis, que preside la consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García. Se trata de la décima reunión de esta Mesa, que se instauró en 2015 cuando «saltaron todas las alarmas» porque había «una tuberculosis galopante, con unas prevalencias cercanas al 13 %» hace tres años. Cabezas indicó que según los datos a fecha 1 de diciembre, con la campaña de 2019 ya prácticamente finalizada, la prevalencia en ganado bovino es del 5,6 % y las zonas más afectadas siguen siendo las comarcas de Navalmoral de la Mata y de Valencia de Alcántara, por la relación que existe con la fauna cinegética, si bien están «en menos del 50 % de prevalencia que hace dos años».

De las 15 comarcas que hay a nivel de Oficinas Veterinarias de Zona, «en diez de ellas los datos están por debajo de la media regional». Aunque la prevalencia se sitúe en el 5,6 % la reducción es «muy importante» --dijo-- sobre todo si se tiene en cuenta la especial dificultad que supone la sequía, «uno de los enemigos» a la ahora de combatir esta enfermedad, porque disminuye el aporte de agua en charcas, riberas y ríos, lo que provoca una mayor concentración de animales y que se transmita la enfermedad más entre ellos.