El mercado de la droga, como cualquier otro, se adapta a la demanda y no duda en copiar fórmulas de éxito como el servicio a domicilio. Sólo que en esta ocasión, en vez de comida, se servía cocaína y la policía puso fin a tan emprendedor negocio. Los promotores, seis jóvenes, fueron juzgados ayer en la Audiencia de Badajoz. El juicio, celebrado tras la suspensión tres meses antes por un incidente de nulidad planteado por uno de los defensores y que fue desestimado, quedó ayer visto para sentencia con la conformidad de las partes.

Los acusados, seis jóvenes, M. M. M., su sobrino A. J. B. N., J. R. M., A. F. C. M., J. A. G. S. y L. M. C. se reconocieron autores del delito contra la salud pública --L. M. C. también de tenencia ilícita de armas--, del que los acusaba el fiscal, que luego rebajó la solicitud de condenas, que eran de 4 a 7 años de prisión, a penas de entre 2 y 4, con multas por un importe total de 192.982 euros.

El fiscal consideró que M. M. M., apodado El Lobo , era el mayor y el cabecilla del grupo, recibía los pedidos por móvil y organizaba el reparto enviando a los jóvenes en Vespino a cualquier lugar de la ciudad desde la base de operaciones, en Valdepasillas.

La policía aprehendió medio kilo de cocaína en una bolsa cerrada, con un arma y una balanza. Los jóvenes-correo tenían las señas para reconocer al cliente y una vez hecha la entrega, cobraban el importe que entregaban al jefe.

Familiares de los acusados, de los que tres están en prisión, acudieron al juicio y se despidieron de los jóvenes con emotivas escenas de despedida.