La tendencia se confirma en los últimos años. Efectivamente el fracaso escolar se está reduciendo, aunque a un ritmo lento. Pero todavía estamos lejos de alcanzar la media nacional y a años luz de los países de la Unión Europea.

Si se entiende el problema como la no consecución del título de Secundaria dentro de la enseñanza obligatoria, los resultados son positivos y los motivos hay que buscarlos en las medidas que se están comenzando a adoptar. Esta semana se ha publicado el Plan Especial contra el Absentismo Escolar, pero antes se han puesto en marcha iniciativas de apoyo y refuerzo --mediante clases adicionales-- para los alumnos que tienen problemas con ciertas asignaturas. Y además, se ha firmado un pacto social por la convivencia. Todo ha contribuido, pero no podemos obviar que el propio sistema contribuye a mejorar las estadísticas: si se elimina la calificación de cero y se impone la promoción automática, al final acabaremos con el fracaso escolar pero por la vía menos ortodoxa.

Es necesario aumentar la plantilla de profesores para lograr una educación más personalizada y recordar que en inversiones llevamos cierto retraso desde antes del traspaso de competencias.

* Responsable de Enseñanza del sindicato CSI-CSIF.