La estampa que está dejando la desescalada en la hostelería es la de veladores llenos. En la última semana muchos negocios se han animado a levantar la persiana y la clientela ha respondido con una afluencia que no deja terrazas vacías en la mayoría de establecimientos al mediodía y a última hora de la tarde. Las cañas están funcionando. La mayoría de los locales prevén ya abrir este fin de semana, aunque en el sector mantienen intactas las reticencias y temores a un regreso marcado por las restricciones de aforo, que limitan también los ingresos y el futuro de muchos negocios.

«Cuanto antes podamos volver a la normalidad, siendo respetuosos con la normativa actual por el coronavirus, mejor», dice Antonio Martín, presidente de la Asociación de Servicio Turísticos de Extremadura (Setex), quien considera que, si bien el fin de semana pasado, cuando muchos abrieron ya, fue «de tanteo», «este fin de semana va a ser clave para ver la respuesta de la gente en la vuelta a la normalidad». Porque lo que preocupa ahora es si se darán las condiciones para que el verano permita al sector coger aire y recursos para afrontar los pagos (seguridad social, ICOs...) que han ido aplazando la mayoría en los dos meses de cierre, y que deberán afrontar en el otoño.

«Sigue existiendo miedo a que se pierda una parte importante del empleo», reitera César Martín Clemente, presidente de los hosteleros en la provincia de Cáceres. La mayoría de los negocios que han abierto aquí, según dice, están conviviendo en esta fase 2 con el «miedo» que aún tiene la gente a compartir espacios cerrados, lo que hace que se decanten preferentemente por consumir en los veladores siempre que es posible. «Hay más reticencias a estar dentro y eso está contribuyendo a ver las terrazas llenas, aunque en horas muy puntuales aún, a mediodía y por la tarde», anota. También por la limitación de aforos que hay aún en estos espacios (el 40%). En ciudades como Badajoz han permitido que algunas terrazas pongan todas las mesas ocupando más superficie para garantizar la distancia de seguridad.

Mejor fuera

Por eso en el sector también consideran que la realidad se verá cuando todos los locales hayan levantado la persiana y se pueda medir la verdadera relación entre la oferta y la demanda: «Ahí se verá si la gente tiene realmente miedo o no, no solo a estar en los locales, sino también a gastar», razona Francis Refolio, empresario cacereño de la hostelería y portavoz de una plataforma local del sector que acaba de nacer. A su juicio, mucha gente se está lanzando a abrir «porque necesita hacerlo sí o sí», y cree que el éxito y la supervivencia dependerá de que los clientes vayan ganando confianza, a medida que pasen las semanas y no se detecten problemas. «Va a ser un verano muy difícil. Pero hay que hacerlo bien, porque volver a cerrar supondría para muchos irnos a la bancarrota».

En Plasencia también esperan a que llegue el verano, avancen las fases y los turistas puedan empezar a llegar a la zona, sobre todo en los locales del centro. «Las dos primeras semanas se notó mucha gente porque había pocos locales, pero ahora ya hay muchos en los barrios y se ha notado el bajón, la gente se reparte más», dice Raúl Paniagua, de La Taberna del Gordo, uno de los primeros en abrir.

En la plataforma hostelera de Badajoz calculan que la inmensa mayoría de los negocios ya estarán abiertos el próximo lunes. «A partir del 1 de junio estarán el 80% de los establecimientos abiertos», dice Laura García, presidenta de los hosteleros pacenses. Y la mayoría ya lo harán entre hoy y mañana, para aprovechar el tirón del fin de semana: «Necesitamos producir. Los que no hemos abierto aún estamos deseando volver a la actividad», asegura. Y pide por ello que se agilicen todos los trámites que permiten a los establecimientos disponer de más espacio para no reducir el número de veladores en la terraza, en unos casos, o para disponer de ella, en otros.

Los ayuntamientos de las principales ciudades han autorizado esa posibilidad, pero la saturación de los servicios municipales con los trámites están causando algunas quejas entre los hosteleros. En Cáceres, por ejemplo, algunos están planteando movilizarse el lunes para pedir más agilidad al ayuntamiento, aunque ninguno de los colectivos de empresarios respalda la protesta.

Francisco Borrego. Tiene 4 locales en Badajoz.

«Los locales más pequeños y los que no tienen terraza van a sufrir mucho. Hay que darles una respuesta y facilitarles la actividad», dice Francisco Borrego que tiene cuatro negocios en Badajoz. Los tres diurnos los abrió el fin de semana pasado y sacó a la mayor parte de los trabajadores, una treintena, del ERTE que planteó en marzo. «Hemos salvado el fin de semana con dignidad, y la terraza ha estado llena», resume. En su caso ha podido disponer de todos los veladores ampliando la superficie ocupada. «La gente tiene ganas. Está tranquila aunque tensa. Pero con la terraza solo, aun teniéndola llena, no se defiende el negocio», anota.