Un nuevo seísmo, con origen en Portugal, sorprendió ayer a miles de extremeños del suroeste de la región, donde durante varios segundo se pudo sentir el movimiento del suelo y la oscilación de objetos y muebles. Pese a ello, no hubo daños personales ni materiales significativos, según confirmaron los servicios de emergencia y la Delegación del Gobierno en la región.

El terremoto se produjo a las 14.37 horas y su epicentro se localizó en la localidad portuguesa de Fronteira, situada en el Alto Alentejo, a 50 kilómetros de la frontera extremeña, a la altura de Badajoz. Según los datos del Instituto Geográfico Nacional, su magnitud (energía que libera) fue de grado 4, pero su intensidad (cómo las personas sienten sus efectos) fue débil, de nivel 3. Como referencia, el que afectó a Haití a principios de año tuvo una magnitud de 7 grados en la escala Richter.

El seísmo se pudo notar en localidades extremeñas como Badajoz, Olivenza o Montijo, así como en Valencia de Alcántara. En estas ciudades y municipios se sintió "una vibración y un ruido, pero no ha habido ningún daño ni ningún desperfecto", confirmaron desde el Instituto Geográfico.

El Centro de Urgencias y Emergencias 112 de Extremadura recibió alrededor de 20 llamadas de ciudadanos en los instantes posteriores al movimiento sísmico, sin que se hayan notificado consecuencias personales o materiales en la comunidad autónoma.

No es el primer suceso de estas características que afecta a la región en los últimos meses. Durante la madrugada del pasado 17 de diciembre se registró un terremoto de 6,3 grados, con epicentro en el océano Atlántico --a 113 kilómetros de la costa portuguesa-- que también se pudo sentir en buena parte de la región. Y ocurrió lo mismo en agosto del 2007, con un seísmo de 5,1 grados y origen en Pedro Muñoz (Ciudad Real).