El terremoto de entre 6,1 y 6,3 grados de intensidad en la escala de Richter que en la mañana de ayer sacudió la mitad sudoeste de la península Ibérica también se pudo percibir en distintas localidades extremeñas, donde registraron leves temblores del suelo que no causaron daños personales ni materiales, según distintas fuentes consultadas.

El seísmo, con origen en la costa sur de Portugal, tuvo lugar a las 11.35 horas. Su epicentro se localizó en el mar, a más de 200 kilómetros del Cabo de San Vicente y a 500 de Cádiz. El temblor se dejó notar en municipios de la región como Valverde de Burguillos, Badajoz, Jerez, Olivenza, Don Benito, Villafranca, Hornachos, Cañaveral, Cáceres, Coria y Moraleja, entre otros. En todos ellos su magnitud osciló entre el nivel II y III (sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo o claramente en el interior de los edificios) de la escala que mide los efectos (escala de Mercalli) y no produjo ningún tipo de daño, de acuerdo con el balance realizado por el Servicio 112 Extremadura.

Sí se sucedieron las llamadas de aviso a los distintos cuerpos de emergencia, como los bomberos, la policía local o el propio 112. En zonas del norte de la región, como Moraleja o Coria, el suceso levantó de la cama a algunos vecinos y sacó de sus viviendas a otros. El terremoto provocó leves movimientos en edificios y muebles, informan Mónica Pascual y Nives Agut.

En la provincia de Badajoz la sacudida se dejó sentir en localidades como Hornachos, Llera, Hinojosa del Valle, Usagre o Bienvenida. Habitantes de estas poblaciones afirmaron haber percibido pequeñas vibraciones durante tres o cuatro segundos. Otros hablaban ayer de haber escuchado "un sonido de lluvia raro", aunque en ese momento no se registraban precipitaciones en la zona, informa M. Benítez.

También se percibió en Villafranca de los Barros. Allí, según Laura Díez, muchos vecinos se asomaron a las puertas incrédulos y preguntándose si el temblor que habían notado se debía a un terremoto o al paso de algún tipo de maquinaria. Tanto la policía local como los bomberos confirmaron que no se habían producido daños.

Este es el tercer fenómeno sísmico que sufre la región y esta zona de la península en apenas un año. El 22 de enero del 2006, la localidad pacense de Feria fue el epicentro de otro terremoto --de intensidad 4 a 4,4 grados en la escala Richter-- y en diciembre del 2005, un seísmo de idéntica magnitud pero con origen en Portugal afectó a Badajoz y Valencia de Alcántara.

Desalojos El terremoto de ayer sacudió con mayor intensidad a las provincias orientales de Andalucía, como Huelva, Cádiz y Sevilla. En la capital hispalense se produjeron varios desalojos espontáneos en empresas y viviendas, especialmente en los edificios más altos. También abandonaron sus clases algunos alumnos de la Universidad de Sevilla, según Europa Press.

Pero el temblor alcanzó a Castilla-La Mancha y Madrid. En Ciudad Real se abandonaron viviendas y oficinas tras registrar movimientos en el mobiliario, mientras que en Madrid se produjeron algunas evacuaciones tras percibir la sacudida. No obstante, en ninguna de estas zonas se han registrado desperfectos materiales ni lesiones personales.

El jefe del área de Geofísica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), José Manuel Martínez, explicó a EFE que el seísmo estuvo precedido por un temblor de menor intensidad (3,2 grados en la escala Richter), que se produjo a las 10.50 horas, y tuvo una réplica a las 12.50 horas con una magnitud de 3,1 grados.

Además, Federico Torcal Medina, profesor de Geodinámica de la Universidad Pablo de Olavide, aseguró ayer que este movimiento sísmico podría haber causado "graves daños" si se hubiese producido en zona continental y no en medio del océano.