Tibia respuesta de las familias a la apertura extraordinaria de los comedores escolares, donde el primer día apenas han acudido el 50% de los alumnos esperados. Aunque ya las 640 solicitudes que se formalizaron la pasada semana rebajaron las previsiones iniciales de la Consejería de Salud y Política Social --se llegaron a poner a disposición de las familias con pocos recursos 2.500 plazas gratuitas para niños de entre 3 y 12 años--, finalmente fueron solo 275 alumnos los que ayer almorzaron en los comedores que abrieron sus puertas en los 10 colegios de Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Don Benito, Villanueva, Almendralejo y Navalmoral. En el municipio del Campo Arañuelo, el servicio ni siquiera llegó a funcionar y en Plasencia se inició solo con un alumno. "Contábamos con un número mucho mayor de niños, pero muchas familias deciden no traerlos por el qué dirán", asegura el director de Cáritas Don Benito, Antonio Ruiz, encargado de la gestión del comedor del colegio Zurbarán de la ciudad, al que acudieron 65 niños.

Tras las numerosas ausencias, la Consejería de Salud y Política Social apuntó a este diario que es pronto para evaluar los motivos por los que más de la mitad de los niños inscritos no almorzaron en los comedores escolares, e indicó que las cifras "son una prueba evidente de que la red de protección social de la que disfrutan los niños es sólida y una garantía contra la exclusión social". "Frente al alarmismo, la realidad es tozuda", señala el Gobierno regional, que no obstante prevé que el número de asistentes registrado ayer pueda verse incrementado en los próximos días. "Es necesario esperar un poco más para valorar el impacto de esta iniciativa con mayor solvencia", apunta.

Aún con los pocos niños que se acercaron, los diez comedores seleccionados en las ocho principales ciudades de la región comenzaron a funcionar bajo la tutela de Cáritas y Cruz Roja. Hasta el próximo 6 de septiembre, los beneficiarios almorzarán gratis en los centros y recibirán también una bolsa con alimentos para la cena y el desayuno del día siguiente. El más llamativo fue quizás el caso de Navalmoral, a cuyo comedor no acudió ningún niño. En Plasencia, solo uno. La Consejería de Salud indica que gracias a la cadena de distribución de Cáritas y de Cruz Roja, "no se desperdiciará absolutamente nada" ya que todos los alimentos que no se consuman en los colegios se servirán en los comedores sociales que gestionan ambas organizaciones en la región.

LOS PADRES En la misma línea que argumenta la Consejería de Salud, el coordinador provincial de Cruz Roja en Badajoz y encargado de los centros abiertos en la capital pacense, José Antonio Grajera, señaló que aunque la primera jornada el número de usuarios había sido "bajo", se prevé que a lo largo de la semana se vayan incorporando más menores de las familias que habían confirmado que acudirían. A los dos centros abiertos en los barrios de San Fernando y Suerte de Saavedra de la capital pacense fueron 80 de los 200 niños que se esperaban. Comieron pasta con tomate, un filete con verduras y fruta. Entre ellos estaban los cuatro hijos de José Andrés, que esperaba con su mujer a las puertas del colegio Manuel Pacheco. Viven en el Cerro de Reyes y el único ingreso que tienen es la pensión de 360 euros que cobra la mujer. "Es una ayuda, el dinero que nos ahorramos se queda para pagar el alquiler", explicaba."Que los niños coman aquí durante el verano nos va a permitir ahorrar un poco", añadía otro matrimonio en paro y con dos niños.

Por su parte, en Cáceres abrieron sus puertas los comedores de los colegios Alba Plata y Extremadura, en los que se han ocupado 52 de las 70 plazas iniciales. "La verdad es que estoy muy contenta porque gracias a esta propuesta he salvado este mes de verano" aseguraba la madre de un beneficiario, que opina que proyectos como este deberían haberse llevado a cabo antes para paliar la situación de necesidad temporal de familias como la suya. También en Mérida funcionaron los comedores de los colegios Dion Casio y Juan XXIII, a los que en total acudieron medio centenar de niños. Comieron macarrones gratinados con un filete y un yogur de postre y se llevaron un bocadillo de salami para la cena y un paquete de galletas y yogur líquido para el desayuno de hoy.

En Villanueva el comedor del colegio Santiago Apóstol, al que acuden 32 niños, ya lleva funcionando 15 días por iniciativa municipal. A partir de ahora, el Gobierno regional sufragará los gastos.