Andrés Iglesias Pérez, ingeniero informático formado en la Universidad de Extremadura (Uex), pensó que lo mejor de hacer un proyecto de fin de carrera es que su idea fuera útil. Sobre todo si lograba que las nuevas tecnologías de la comunicación se aliaran para ayudar a un colectivo con necesidades especiales, como el de las personas con discapacidad visual.

Es por ello que se decidió a crear, junto con la ayuda del doctor Fernando Sánchez Figueroa y del grupo de investigación Quercus de la Uex, un producto llamado Adaptación del SAWMail a entornos de movilidad . Un programa informático capaz de leer, desde el móvil, correos electrónicos en voz alta para aquellas personas, que por su visibilidad reducida, no pueden hacerlo por sí mismas o incluso "para una persona que esté al volante" explica Iglesias.

La aplicación se encuentra en fase previa, comenta su autor, ya que está a la espera de que la ONCE dé el visto bueno a su proyecto tras un muestreo con varias personas. Si el resultado es positivo, podría comercializarlo.

El alumno ha querido trasmitir "un mensaje muy importante, que es que las personas con discapacidad, si cuentan con las herramientas adecuadas, pueden participar de la Sociedad de la Información en igualdad de condiciones; aportando y recibiendo conocimientos".

Con su idea y su trabajo de investigación, Iglesias ha logrado pasar de un planteamiento teórico a un producto funcional. "La idea era que el sistema fuera muy rápido y que con lo mínimo, con algo que cualquier persona tiene a su alcance, como es el teléfono móvil, se puedan desarrollar programas que faciliten la vida diaria de todos".

Así, un amigo de Iglesias con problemas de visión, que ya ha probado individualmente el programa, y el apoyo del grupo Quercus, han facilitado la labor de este ingeniero informático recién licenciado y han posibilitado la creación de una aplicación que se asimila a "a los programas de juegos o música para el móvil que se pueden bajar de internet" asegura su creador.

En concreto, su producto aglutina en un mismo sistema tres tipos de software o programas. El primero sirve para mostrar la información en pantalla y para "efectuar la interacción persona-ordenador con el menor número de teclas posibles". Las teclas deberán ser fácilmente reconocibles por el usuario sin emplear la vista, como ocurre con el número cinco.

En segundo lugar, la aplicación hará una síntesis de voz. Según Andrés "hablará coloquialmente lo que se le ordena". Algo de lo que su creador se siente "especialmente orgulloso, porque con los recursos del propio teléfono, el sintetizador puede leer en voz alta, y por cero euros, los mensajes recibidos, cuando un sintetizador convencional costaría alrededor de 3.000 euros".

Finalmente, el mismo móvil enviará y recibirá el correo mediante cuentas convencionales.

El proyecto de Andrés ha obtenido la calificación de Matrícula de Honor, lo cual ha valido para que el grupo de investigación en el que ha trabajado le haya ofrecido seguir colaborando en otras iniciativas de accesibilidad que emprendan.