Las principales ciudades extremeñas y solo tres zonas de la región ganarán población durante la próxima década. El resto, casi una treintena de zonas irán perdiendo habitantes progresivamente y preocupan especialmente cinco demarcaciones: las Villuercas, Sierra de San Pedro, Zona Centro de Cáceres, la Siberia y Trujillo, que van a un ritmo mucho mayor. Los datos corresponden a la última proyección de población de 2012 a 2022 elaborada por el Instituto de Estadística de Extremadura y publicada esta semana pasada.

El estudio muestra el progresivo envejecimiento de la población extremeña y un decrecimiento de casi un 2% en esta década. La despoblación es la tónica predominante en la demografía regional, aunque hay algunas zonas a salvo. La proyección se ha realizado dividiendo la comunidad en 31 agrupaciones municipales, de las que sólo Tierra de Barros, la zona del Guadiana y Lácara Sur conseguirán aumentar su número de habitantes, "si se mantuviesen las condiciones actuales". También las capitales de provincia y la autonómica ganarán población, en concreto en 2022 se esperan un 4% de emeritenses más, un 2,3% de habitantes más en Badajoz y un incremento del 0,4% de la población de Cáceres ciudad.

TRES MIL VECINOS MAS En cuanto al resto de zonas donde se esperan progresos, Tierra de Barros, que integra en este estudio las poblaciones de Aceuchal, La Albuera, Almendralejo, Corte de Peleas, Entrín Bajo, Nogales, Santa Marta, Solana de los Barros, Torremejía y Villalba de los Barros, sumará 1.288 habitantes en la próxima década, un 2,4% más de su población actual. En la zona denominada Guadiana, formada Don Benito, Cristina, Guareña, Manchita, Medellín, Santa Amalia, Mengabril y Valdetorres, la población crecería en otro millar de personas, un 2% ; mientras en Lácara Sur, que incluye Esparragalejo, La Garrovilla y Lobón, Montijo, Puebla de la Calzada, Pueblo nuevo del Guadiana, Talavera la Real, Torremayor y Valdelacazada, el incremento poblacional sería de apenas 300 habitantes, un 0,8%.

El resto de municipios extremeños, la gran mayoría, experimentará en la próxima década la tendencia contraria. Los mayores descensos poblacionales, destaca el informe, se registrarán en las Villuercas-Ibores-Jara (Aldeacentenera, Alía, Cañamero, Guadalupe, Carrascalejo, Logrosán, Navalvillar de Pela, Robledollano,...), que perderá 1.700 lugareños en el año 2022; Sierra de San Pedro (Cedillo, Herrera de Alcántara, Menbrío, Salorino, Valencia de Alcántara,...) tendrá 900 habitantes menos; Zona Centro (Abertura, Alcollarín, Campo Lugar, Escurial, Madrigalejo, Miajadas, Villamesías y Zorita) perderá 1.400 vecinos; la Siberia (Casas de Don Pedro, Fuenlabrada de los Montes, Herrera del Duque, Siruela, Talarrubias, Villarta de los Montes,...) registrará casi 1.800 habitantes menos; y la zona de Trujillo (integrada por Aldea del Obispo, Conquista de la Sierra, Herguijuela, La Cumbre, Ibahernando, Jaraicejo, Madroñera, Trujillo,...) reducirá su población en 1.600 habitantes.

EL TIRON DEL REGADIO La explicación es sencilla. "Las zonas que ganarán población son aquellas en las que existe un mayor dinamismo económico gracias al regadío y la agroindustria y será donde se irán concentrando los extremeños; mientras que las zonas de penillanura y de montaña --donde se ubican principalmente las zonas anteriores --tienden a la depresión demográfica, son más pobres, están más envejecidas y pierden fecundidad", cuenta Antonio Pérez Díaz, doctor en Geografía y especialista en Análisis Regional. Y todo esto siendo optimistas, ya que el profesor de la Uex sostiene que la evolución poblacional será peor.

"Las proyecciones se elaboran teniendo en cuenta el escenario social y económico actual, el cual se espera que cambie en esta década. La recuperación económica será un momento clave para la demografía. Según las previsiones Extremadura no será la primera en salir de la crisis y los extremeños, especialmente los más jóvenes, emigrarán hacia aquellas zonas del país que comiencen a crear empleo antes; una emigración que ya se está produciendo en la actualidad pero hacia el extranjero".

Así, estima que la pérdida de población extremeña se irá agravando con el paso de los años. Y parece un mal endémico. "El verdadero problema de Extremadura es el envejecimiento de su población así como la emigración que está provocando una pérdida progresiva de habitantes poco llamativa por ahora, pero que será más espectacular en los próximos años. No hay que olvidar que hay pueblos con una tasa de envejecimiento del 400% y esas zonas acabarán desapareciendo", insiste el demógrafo. Pérez asegura que la única solución ante el problema demográfico de Extremadura es fijar a los jóvenes en las zonas rurales, una tarea "muy difícil porque lo que actualmente está ocurriendo es todo lo contrario, cada vez más desempleo, y Extremadura no está siendo capaz de aprovechar las oportunidades".