Los precios de la tierra en Extremadura experimentaron el pasado año un fuerte incremento superior al 12%, que se suma a la tendencia de los últimos 7 años, de manera que el coste medio por hectárea alcanzó los 3.324 euros, frente a los 2.963 euros del 2000, según la encuesta de precios dada a conocer ayer por el Ministerio de Agricultura (MAPA).

Frente a esta situación, en la media nacional la subida del valor de la tierra quedó en el 3,6%.

Lorenzo Ramos, secretario regional de UPA y presidente de la Cámara Agraria de Badajoz, aseguró a EL PERIODICO que estos incrementos de precios "no tienen nada que ver con la situación real del campo, donde los márgenes para los agricultores siguen cayendo".

Según Ramos, la escalada del coste de la hectárea está más relacionada con "inversiones especulativas" derivadas de la necesidad de hacer aflorar el dinero negro en los últimos meses antes de la implantación definitiva del euro. "Lo cierto es que los verdaderos agricultores tienen muchas dificultades para comprar tierras por lo elevado de los precios".

El dirigente agrario apuntó que "estamos hartos de denunciar esta situación", que está llevando a que "cada vez queden menos agricultores, como se pudo ver en el censo de las últimas elecciones al campo, donde había 2.500 electores menos".

La continuada subida de precios en Extremadura ha hecho que la región se esté distanciando cada vez más de lo que cuesta la tierra en zonas como Aragón, y se aproxime a lo que se paga en Castilla-La Mancha, además de que en el 2001 se aceleró la convergencia de precios con la media nacional.

Esta tendencia es aún más acentuada en el regadío, donde la tierra extremeña ha dejado ya atrás a Castilla y León y a Aragón, situándose a 3.800 euros de la media nacional, cuando esta distancia era, hace apenas dos años, de casi 5.000 euros.

En cuanto al panorama general, Murcia y Canarias son, junto con Extremadura, las únicas regiones donde los precios crecen más del 10%.