Hasta ahora estaba dentro del precio global, apenas 300 euros al mes. Bastaba con avisar y los jóvenes con plaza en una de las cuatro residencias universitarias gestionadas por la Junta tenían desayuno, comida y cena sábados, domingos y festivos. Servido y recién cocinado, como cualquier día entre semana. Pero esto cambiará el próximo curso. La Junta ha decidido suprimir este servicio de comedor los fines de semana y días de fiesta de las residencias universitarias Juan XXIII (en Badajoz), Diego Muñoz Torrero y Mario Roso de Luna (ambas en Cáceres) a partir de septiembre. También lo hará en la residencia del Complejo Educativo de Plasencia, pero en este caso la medida se aplicará a partir del 31 de diciembre, porque el servicio lo presta una empresa de cátering con contrato hasta esa fecha.

"La razón son los recortes presupuestarios que estamos obligados a aplicar. Estamos en una etapa de reducción de gastos", explica Trinidad Ruiz Téllez, directora general de Educación Superior y Liderazgo.

Pese a los argumentos, la iniciativa no ha sido bien acogida ni por los residentes actuales ni por los padres ni tampoco por los trabajadores del centro. Los primeros porque tendrán que buscarse soluciones propias para comer los fines de semana durante el próximo curso, teniendo en cuenta que residencias como la Roso de Luna están situada a las afueras de la ciudad, alejada de cualquier negocio de hostelería o comercio. Los segundos, porque puede suponer un gasto extra con el que no contaban y que se suma a la subida decretada en el precio de las residencias públicas para el curso 2010/2011 (el precio por inquilino pasará de 290 a 292,86 euros, alimentación incluida). Y los terceros, porque implicará una merma en sus nóminas, al suprimir las horas extras de trabajo de los sábados, domingos y festivos.

"Pero lo que más nos ha molestado es que no nos hayan avisado de la medida ni nos hayan dado explicaciones. Nos hemos enterado al verlo publicado en el DOE", protesta una empleada de una de las cuatro residencias.

LAS RAZONES Desde la Junta defienden la decisión: "No es algo arbitrario. Hemos hecho un estudio previo y, dentro de las residencias universitarias, era donde se podía recortar, porque el volumen de estudiantes que se quedan los fines de semana no es muy alto", sostiene Ruiz Téllez, que sin embargo no precisa cuánto se ahorrará la administración con esta medida. "Lo que el alumno paga no cubre ni una cuarta parte del coste real de la plaza", "en otras regiones ya se viene aplicando desde hace años" o "tenemos los precios públicos más baratos de nuestro entorno, hasta un 30% por debajo de Castilla-La Mancha", son algunos de los argumentos complementarios que utiliza la directora general de Educación Superior, dependiente de la Consejería de Economía. Pero, además, avisa: "podríamos haber aplicado la medida desde enero. Porque es una exigencia de los presupuesto para el año presente. No lo hicimos para no perjudicar a los alumnos que habían conseguido su plaza en la residencia bajo unas condiciones determinadas. No nos parecía oportuno cambiar las condiciones a mitad de curso. Por eso se aplicará el próximo curso".

Para paliar la medida, la Junta contempla adoptar medidas como dotar a las residencias de máquinas de suministro de distinto tipo de alimentos o instalar microondas para que los estudiantes puedan calentar sus comidas.