El estatuto del autónomo le llega a Joaquín Cabecera, propietario de una tienda de alimentación en Villagonzalo, cuando está a punto de jubilarse. A sus 63 años lleva tres décadas cotizando, y se lamenta de "lo tarde que llegan estas medidas".

Comparte la labor diaria al frente del comercio con su mujer, Sebastiana Moreno, a la que no puede contratar por ley, lo que obliga a que ella también cotice como autónoma. Joaquín considera esto una injusticia que no resuelve la nueva norma, "porque no es correcto que no se pueda dar trabajo al cónyuge, que es quien mejor conoce el negocio".

En cuanto a contratar a los hijos, la limitación de edad también le perjudica, dado que los suyos ya han cumplido los 30.

Sí ve bien que se pueda cobrar paro, "aunque haya que cotizar algo más" y que también perciba algo cuando esté enfermo.

Con todo, no termina de fiarse. Tantos años en el oficio y tantas promesas de mejora para los autónomos que no se han cumplido le hacen dudar.

Lo que más le preocupa ahora es la jubilación. "Pago 240 euros al mes y llevo 30 años cotizando a la Seguridad Social", señala, y añade: "Seguro que cuando me jubile no podré disfrutar de una pensión acorde con todo lo que he venido pagando".

En todo caso, aplaude cualquier mejora en la situación de este colectivo. J. C. Z.