"Este yacimiento da mucho. Está muy bien conservado". La que habla es Sophie Gilotte, la directora del proyecto de excavación de la ciudad musulmana de Albalat, situada en Romangordo.

La segunda temporada de las excavaciones, realizadas por personas voluntarias, está ya a punto de finalizar aunque aún faltan muchas cosas por descubrir. Pero tras tres semanas de intenso trabajo arqueológico se han resuelto algunas de las incógnitas abiertas el año pasado y se han creado otras nuevas que requerirán de nuevas campañas y esfuerzos mirando a la tierra.

Entre los trabajos, por un lado se ha hecho un nuevo sondeo donde se han encontrado restos de otra vivienda en la que se pueden distinguir tres reformas, es decir "tres etapas de la vida del yacimiento que sirven para mostrar su evolución", apunta Gilotte, trabajadora del Instituto Histórico Hoffmeyer, situado en el municipio de Jaraíz de la Vera.

Además, por otro lado se ha ampliado el sondeo realizado el año pasado en otra vivienda. Aquí ya se puede distinguir el empedrado de una calle de las calles del antiguo pueblo musulmán, su acera y las piedras situadas en la entrada de la casa a modo de umbral. Dentro del recinto también hay divisiones espaciales en las que se aprecia un patio, trozos de una rueda de molino, los posibles restos de un hogar y una zona de descanso, entre otros objetos y espacios.

Con todos estos nuevos hallazgos no es difícil sorprenderse. "Se están superando mis expectativas", afirma sonriente la directora, quien continuará en el yacimiento unos días más haciendo un dibujo de los perfiles y la perimetría y recogiendo datos del proceso de sedimentación.

Además, a la tarea que ella realizará se unirán un topógrafo y un especialista en carbón y polen, cuyo estudio servirá para conocer el entorno. "Hay restos que indican que los tejados fueron quemados. Tengo la teoría de que el final de la ciudad fue violento por algún conflicto", añade Gilotte. Y es que, en esa época llegaron los cristianos a localidades cercanas como Toledo, Talavera e incLuso la cacereña Coria, por lo que es probable que llegaran a esta orilla del Tajo y entraran en conflicto con los musulmanes que habitaban.

¿La data ? Si antes de la segunda excavación la directora apuntó a que el espacio se fechaba en torno al siglo XI, ahora, tras estas nuevas excavaciones, duda entre si pertenece a finales de esta centuria o inicios del siglo XII.

Además de estos interrogantes que se resolverán con el tiempo en una tercera campaña de excavaciones está previsto que se actúe sobre la muralla, los restos más visibles de Albalat. Pero será la financiación quien decida esto. Los escasos 1.400 euros de presupuesto han llegado de la Central Nuclear, el CSIC y su homólogo francés, sin contar con el apoyo del Ayuntamiento de Romangordo y el permiso de los dueños del terreno, los hermanos Moya. "La Junta está interesada, pero no tiene dinero", lamenta.