Tolerancia cero con el alcohol y las drogas al volante. Este será el mensaje que unos 500 jóvenes voluntarios de Cruz Roja van a comenzar a transmitir entre chicos de su misma edad en los botellones de las principales localidades de la región. El objetivo está claro: que desaparezcan de las estadísticas los jóvenes que cada año pierden la vida en las carreteras, y es que, según un estudio del RACC, los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los jóvenes españoles.

La mezcla de alcohol y coche es una de las principales causas que provocan los accidentes que cada día, y sobre todo los fines de semana, arrojan una trágica lista de fallecidos, muchos de ellos --tres de cada diez-- con menos de 30 años. La campaña ´Con sentido: tú decides´, pretende ir al centro de la diana, al momento en el que los jóvenes se reúnen con unos amigos los viernes y los sábados por la noche para tomar alcohol --aunque no todos--, en un lugar expresamente habilitado para ello. Superar en ese momento la tentación de ponerse manos al volante puede ser la diferencia entre pasar una noche de diversión junto a los amigos, o aquella en la que unos padres reciben una llamada a altas horas de la madrugada para comunicarles que su hijo ha pasado a formar parte de la sangrante lista fallecidos en una carretera.

El plan, que alcanza su tercer año en marcha, ha ampliado este año la relación de municipios en los que desarrollará sus actividades. En total serán 25 localidades las que, en los lugares en los que se celebran los botellones, acogerán todo tipo de actividades, las mismas en las que ayer en Mérida participaron 200 chicos procedentes de varios institutos de la ciudad y de Villanueva de la Serena, y que pretenden provocar una reflexión entre los protagonistas de esta iniciativa, los jóvenes extremeños.

Pruebas de alcoholemia, simuladores de tráfico, juegos y puntos de información forman parte de este programa que desarrolla la Consejería de los Jóvenes y del Deporte, en colaboración con Cruz Roja Juventud. Pero también incorpora otras acciones más novedosas, que en este caso tratan de hacer entender a los chicos que conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas es peligroso porque estas sustancias provocan la pérdida del control sobre nuestros movimientos. Conducir un coche teledirigido con un antifaz que produce destellos es una buena prueba para demostrarlo, pero las consecuencias no son iguales. No es lo mismo derribar un cono del circuito por el que debes hacer circular el coche, que sufrir un impacto a 100 km/hora. Cuando esto ocurre, los sanitarios acuden al lugar para rescatar los cuerpos de las víctimas, como en el simulacro organizado ayer en Mérida. La diferencia está en que la risa que provocaban los gritos de uno de los chicos atendidos entre sus compañeros, por el celo con el que interpretaba su papel en la escena, distan mucho del dolor de los familiares y amigos de las decenas de muertos que cada domingo por la noche nos anuncian los telediarios.