Ni la Junta ni el Gobierno central lo saben a ciencia cierta pero dentro del sector taurino manejan datos que señalan que los toros no significan sólo tradición, también son un nicho de empleo y una fuente de generación de riqueza económica para la comunidad y para el Estado. Fuentes de la anterior Administración regional hablaban de más de 800 millones anuales y mil empleos directos que suelen ser temporales en las plazas pero estables en el campo.

La decisión del pleno del Ayuntamiento de Cáceres de eliminar la aportación de 40.000 euros a los festejos taurinos en la ciudad ha generado una ola de reacciones en contra y pone en jaque a todo un colectivo que, en general, considera "inviable" mantener la fiesta sin ningún tipo de subvención pública. Porque un festejo taurino no es sólo lo que se ve en el ruedo. Detrás hay una empresa encargada de gestionar cada plaza que genera decenas de empleos (hasta 60 o 70 personas llegan a intervenir en solo una corrida), ganaderos que mantienen viva una estirpe única en las dehesas extremeñas, servicios médicos, veterinarios,... y cientos y cientos de aficionados que, si son foráneos, pasan a engrosar los datos del turismo.

AFICIONADOS La Federación de Peñas Taurinas de Extremadura cuenta con más de 9.000 socios repartidos en 45 asociaciones locales federadas. "Eso son sólo socios, aficionados hay muchos más e incluso a las grandes ferias viene gente de otros países como Portugal, Francia, México... Todo lo que supone eso para una ciudad no podemos perderlo aunque parece que ahora se haya puesto de moda atacar a la tauromaquia", lamenta el presidente de la federación extremeña, Juan Carlos Marcos.

A su juicio, sin ayudas municipales que permitan poner en marcha buenos festejos se haría muy difícil subsistir a los empresarios de este mundo y a los propios aficionados porque podría incrementarse el precio de las localidades. "No se llenarán los tendidos y mucho de lo construido hasta ahora se caería", opina. Por eso Marcos cree que tras el paso dado en Cáceres habría que reunir al sector con todas las administraciones "para buscar una solución porque no sabemos si esto será el principio de algo que se irá extendiendo pese a los beneficios". Dentro del mundo del toreo se estima que por cada euro subvencionado se genera un mínimo de 2,5 euros en la ciudad, en algunos festejos, señala Marcos, se habla hasta de ocho euros por euro público.

PREOCUPACION De momento, la situación de Cáceres es exclusiva (aunque Mérida, cuya plaza es privada, tampoco tiene recursos públicos) pero el sector está preocupado porque organizar festejos sin subvención "es inviable". Lo dicen empresarios como José Cutiño, que gestiona varias plazas en la región, Olivenza, Almendralejo o Badajoz entre ellas, y otras tantas fuera como las de Málaga o Zaragoza.

El acudió hace varias semanas a una gran protesta en Valencia a favor de los toros y los defiende no sólo porque sea su modo de vida. "El toreo genera riqueza y empleo en Extremadura, eso es indudable, no sólo en cada uno de los festejos que se realizan, con lo que eso supone, sino también en las hectáreas ocupadas por los ganaderos que están cuidando la dehesa, generando empleo y riqueza a la región de forma estable".

Cutiño achaca la posición de los grupos políticos contrarios a mantener la aportación municipal en Cáceres --PSOE, Ciudadanos y Cáceres Tú-- al desconocimiento de la realidad taurina. "Más que una subvención la aportación de las administraciones se considera una inversión", dice. Y pone el caso de Olivenza, donde acudieron el primer fin de semana de marzo a la feria del toro más de 60.000 personas que llenaron los hoteles de toda la comarca. "La repercusión económica en este municipio ha sido de en torno a tres millones de euros en pocos días, con más de 100 periodistas acreditados y retransmisión televisiva en diversos países, con lo que eso supone de promoción", precisa.

En el 2010, cuando acudió a la feria oliventina el diestro José Tomás se generaron más de cinco millones en solo un fin de semana, según un estudio del profesor de Economía de la Universidad de Extremadura, Juan Medina. "Ante estos datos no hay mucho que defender. El toreo es algo tan arraigado en la cultura de esta tierra que ir en contra de ello es ir contra la identidad del pueblo de Extremadura". Cutiño critica además la incongruencia de algunos grupos políticos que han apoyado desde hace años la tauromaquia --el caso del PSOE, que puso en marcha la escuela taurina de la Diputación de Badajoz-- y otros como Ciudadanos cuyo representante en Valencia encabezó la última manifestación a favor de los toros mientras en Cáceres rehúsa la ayuda pública.

GANADERIA En ninguna de las plazas que gestiona este empresario se ha encontrado con impedimentos de los ayuntamientos "porque son conscientes de lo que generan a todos los niveles y la repercusión que tiene; además en la situación que estamos es obligación de los políticos no desdeñar ninguna fuente de riqueza y promoción de cualquier ciudad". No obstante, reconoce que existe cierta preocupación en el colectivo porque sin las ayudas públicas es difícil mantener los grandes eventos y "en Extremadura no se entendería una fiesta sin toros".

Esa repercusión de la que habla Cutiño la conoce muy bien Victorino Martín García, el hijo de uno de los ganaderos más reputados del mundo. Su familia tiene en Portezuelo (Cáceres) desde hace 50 años una de las cabañas bravas más grandes del país con más de 1.600 reses.

Según los datos del Patronato de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, en Extremadura se asientan casi 130 ganaderías de reses bravas que ocupan más de 50.000 hectáreas de superficie. "Las repercusiones del mundo del toro son indiscutibles. De forma directa las ganaderías bravas contribuyen a fijar población rural en zonas deprimidas y están generando una gran cantidad de puestos de trabajo superior al resto de ganaderías. Se calcula que por cada puesto de trabajo en explotaciones de ganado manso hay cinco empleos en una explotación de las mismas dimensiones de ganado bravo", apunta Martín. Desde la Unión de Criadores del Toro de Lidia estiman que de media cada ganadería brava cuenta con al menos cuatro personas fijas. En las fincas de Victorino Martín la cifra varía entre las 20 y las 30 personas.

Otra fuente de riqueza directa es el turismo, no sólo por los aficionados que acuden desde cualquier punto a un festejo también por los que llevan años visitando fincas y

ganaderías, fomentado así el turismo rural. "Son un reclamo para visitar Extremadura", dice Martín, que lleva décadas recibiendo visitantes en sus fincas.

POLITICA Victorino critica la "doble moral" y la "falta de altura" de los representantes políticos que por un lado quieren generar riquezas en sus territorios pero en ciudades como Cáceres dificultan una de esas fuentes que mueve la economía. "Está demostrado que por cada euro que se invierte en un espectáculo taurino repercute en una ciudad en más de 10 euros", apunta Martín, que lamenta además la falta de ayudas públicas, especialmente regionales y estatales "a pesar de ser el espectáculo cultural que más dinero aporta en concepto de IVA a las arcas del Estado. Los toros no son ni de izquierdas ni de derechas, son del pueblo, pero de un tiempo a esta parte hay ciertas corrientes políticas que nos están atacando y contra ese ataque es importante decir sin complejos lo que a uno le gusta porque los toros son parte de nuestras raíces y no hay nada más vulnerable que un pueblo sin raíces", defiende.

El profesor de la Uex Juan Medina lleva varios años defendiendo con datos esos ataques a la tauromaquia. En su última publicación 'Tauronomics' señala que los toros son la actividad cultural que más aporta a la Administración: 56 millones sólo en cotizaciones sociales e IVA mientras apenas recibe 25. Este economista ha llegado incluso a comparar los espectáculos taurinos de Extremadura con el Festival de Teatro Clásico de Mérida, que según sus cálculos tiene menos espectadores, logra la mitad de recaudación en taquilla y recibe una mayor subvención. El experto precisa que en sólo 15 tardes de toros se reúnen 80.000 personas y dejan en taquillas una recaudación estimada de tres millones de euros.

Un estudio de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos estima que el impacto de los toros en España supera al año los 3.500 millones de euros --se calcula que en torno a unos 800 en Extremadura--, de los que más de 2.000 son fruto de los festejos que se realizan en las plazas.

FESTEJOS POPULARES Pero no sólo de grandes eventos vive el toreo en la comunidad. Los festejos populares son una parte vital de este sector. Luis Fernández, uno de los responsables del Grupo Ferrodex, de Torrejón el Rubio, dedicado al alquiler de plazas portátiles y la organización de festejos defiende que es mayor la repercusión que la subvención que aporta un ayuntamiento. "En Garrovillas de Alconétar, por ejemplo, el ayuntamiento se gasta 60.000 euros pero obtiene 100.000 euros, sin subvención no se podría hacer y como le dices a los vecinos que les quitas un festejo que llevan haciendo desde hace 100 años", dice.

Los beneficios económicos y la arraigada tradición son los argumentos de los defensores de la tauromaquia frente a los colectivos y partidos como Pacma que no cuestionan estos argumentos, sino "el sufrimiento de los animales".