«Este pueblo no va a renunciar a lo que los tribunales le han reconocido»: un área de influencia que según el consistorio supone más de 5.400 hectáreas. Y por ellas, los vecinos de Torrefresneda, una entidad local menor de Guareña de menos de 400 habitantes, han iniciado una serie de acciones de protesta para exigir que se cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) que les dio la razón en 2015 tras años de discrepancias con su municipio matriz y con la Junta, que es la entidad que debe delimitar el territorio.

Pero más que el terreno en sí, lo que está en juego es el dinero que Torrefresneda ingresaría en concepto de IBI (rústico porque se trata en su mayoría de terrenos agrícolas) por esas más de 5.000 hectáreas -hay discrepancias sobre el número porque el TSJEx no fija la cantidad- que, en base al fallo, no corresponderían a Guareña sino al área de influencia de Torrefresneda.

La pugna comenzó en 1995 cuando esta última localidad pasó a depender de Guareña. Lo habitual en estos casos es que el municipio y su entidad local menor lleguen a un acuerdo para repartir sus terrenos, sin embargo, entre ambos nunca se firmó ningún convenio. Por ello, en 2015 la entidad local decidió llevar a los tribunales el asunto. El TSJEx dio la razón a Torrefresneda y Guareña presentó un recurso de casación, que fue rechazado por el Supremo hace un año. El fallo por lo tanto ya era firme y el pasado marzo el DOE publicó la ejecución de la sentencia. Pero, de momento, nada ha cambiado. Por ello, el próximo martes los vecinos se concentrarán en Mérida, frente a la sede de Presidencia. «No vamos a renunciar a lo que nos corresponde».