Los trabajadores que sobrepasan los 45 años de edad suponen ya prácticamente la mitad de todos los que hay en la región. La proporción de los empleados más veteranos se ha disparado en el último decenio en Extremadura. De esta forma, si la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del 2008 mostraba que quienes habían cumplido ya esa edad sumaban un tercio del total de ocupados (un 33,4%), diez años después la proporción ha ascendido hasta el 46,7%.

En términos absolutos, hace una década había en la comunidad autónoma 139.400 ocupados por encima de este listón de edad y ahora son 177.300, con lo que el auge ha sido del 27,2%. De media, en todo el país la evolución en este periodo ha sido similar, aunque algo inferior, a la extremeña, de forma que este tramo de edad ha aumentado del 33,2% del total al 44,8%.

El incremento más significativo en la región ha sido el del grupo que está por encima de los 55 años, que ha ganado ocho puntos porcentuales de peso en el total de trabajadores ocupados, del 10,4% al 18,4%, mientras que el tramo que discurre entre los 45 y los 54 años, ha avanzado algo más de cinco puntos (del 23% al 28,3%).

«Esta evolución se debe fundamentalmente a una cuestión demográfica, a cómo está distribuida la pirámide de población», precisa Ana Isabel González, secretaría de Cooperación y Empleo de CCOO de Extremadura. «En la generación del ‘baby boom’ es donde está el grueso más importante de ciudadanos que tiene este país y esta región», coincide Teodoro Casares, secretario de Formación y Empleo de UGT de Extremadura.

En este sentido, entre 1958 y 1977 nacieron en España cerca de catorce millones de niños, 2,5 más que en las dos décadas anteriores y 4,5 millones más que en las dos siguientes. Y esos ‘baby boomers’ han sobrepasado ya en su mayor parte la frontera de los 45 años, pero sin haber llegado aún a la edad de jubilación.

En el extremo contrario, la presencia de jóvenes ocupados ha retrocedido significativamente en Extremadura. Si en el 2008 uno de cada diez (10,7%) no había cumplido aún los 25 años, a día de hoy el porcentaje es menos de la mitad (4,6%). Algo no muy distinto ha ocurrido en el tramo que discurre de los 25 a los 34 años, que ha pasado de un 27,2% a un 19,8%, cayendo de los 113.400 ocupados a los 75.300 (-33,6%).

MARCHA DE JÓVENES / Aquí de nuevo influyen factores demográficos, con un pronunciado descenso de los nacimientos. Entre 1992 y el 2002 (los años en los que en el 2008 y el 2018 se situaba el umbral que hacía posible entrar en la población activa), los nacimientos bajaron más de un 20% en Extremadura.

Sin embargo, este no es el único elemento que ha influido en la pérdida de población joven ocupada. La falta de oportunidades laborales también ha jugado un papel importante. Entre los años 2008 y 2017 la región presentó un saldo migratorio negativo con otras comunidades autónomas de 13.808 personas, que se debió fundamentalmente a la pérdida de habitantes de entre 20 y 34 años, con 13.893 que se fueron a otras regiones. Por contra, los tramos de edad que mayor saldo favorable interautonómico arrojaron para Extremadura fueron los que van de los 55 a los 69 años, con un acumulado positivo en este mismo tiempo de 3.125 personas. «La crisis económica ha destruido mucho empleo, no hay puestos de trabajo y la mayor parte de los jóvenes, sobre todo los que tienen una cierta capacitación profesional, optan por hacer la maleta y marcharse», esgrime Teodoro Casares.

De esta forma, si en la última década la población activa ha aumentado ligeramente en Extremadura (un 2,6%, hasta las 498.300 personas), la parte de ella conformada por quienes tienen de 16 a los 34 años se ha desplomado un 26%. «Hay jóvenes que, o bien se han ido fuera a buscar oportunidades de empleo, o bien se han refugiado en los estudios para mejorar su cualificación», indica Ana Isabel González.