Los efectos del consumo moderado de la cerveza sobre la masa ósea de las mujeres es una más de sus investigaciones, posiblemente la que más interés mediático ha concitado tanto en España como en el extranjero. Sin embargo, el grupo de investigación de enfermedades metabólicas óseas, del Departamento de Enfermería de la Universidad de Extremadura, lleva años indagando sobre la osteoporosis, una de las enfermedades de mayor prevalencia en las mujeres menopáusicas del mundo; descubriendo factores favorables y desfavorables que inciden sobre el deterioro óseo de la población y, con ello, permitiendo mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Este equipo formado por seis científicos (Juan Diego Pedrera Zamorano, Jesús María Lavado García, Raúl Roncero Martín, Julián Fernando Calderón García, Trinidad Rodríguez Domínguez y María Luz Canal Macías) enfoca su trabajo a la búsqueda del bienestar del ciudadano. Entre ellos y sus pacientes se genera una sinergia que contribuye a que los resultados de sus investigaciones repercutan con inmediatez en la sociedad.

Juan Diego Pedrera, responsable del grupo, resume la labor de estos expertos extremeños: "Trabajamos en temas que tienen que ver con el estudio de la calidad del hueso, relacionado con aquellos factores que le puede afectar tanto positiva como negativamente". Para ello, disponen de una consulta externa en la Escuela Universitaria de Enfermería de Cáceres, que les permite examinar a mujeres procedentes de los centros de salud y de los hospitales extremeños, y con las que han creado una base de datos de más de 7.000 pacientes muy colaboradores, el respaldo de la Consejería de Sanidad y un avanzado equipo de diagnóstico.

Con estas mimbres, los seis especialistas basan sus observaciones en dos aspectos: conocer los efectos de la enfermedad y los fármacos en los huesos, y el papel de la dieta en la masa ósea. "Estudiamos la ingesta de alimentos, factores predisponentes como enfermedades relacionadas con el síndrome de mala absorción (celiácos, fibrosis quística, etcétera), consumo de medicamentos anticonvulsionantes, de tratamientos crónicos y enfermedades mentales; y, ahora, estamos viendo los tratamientos por cáncer de mama". Para ello, aplican dos técnicas, una no invasiva (ultrasonidos) y, otra, radiológica (rayos X). Con la primera, intuyen si la paciente tiene osteoporosis y, si es así, se aplica rayos X, única forma de diagnosticarla mediante el método AXA. "Con ultrasonidos podemos conocer, sin radiar, la calidad del hueso. Es una aparato pequeño que se puede llevar a cualquier sitio y que se aplica en las falanges. También contamos con un tomógrafo computerizado periférico (TAC) para el cúbito y el radio, y del que existen solo 11 en toda España. Este TAC también nos permite conocer la evolución. Es muy preciso y se radia menos que con las pruebas tradicionales de desintometría", resalta Juan Diego Pedrera.

Junto a la tecnología, estos científicos han desarrollado un software con el que convierten los alimentos en nutrientes para conocer cuánto calcio, hidratos de carbono, potasio, vitaminas, sodio, etcétera, consumen las enfermas. "Los nutrientes están relacionados con la calidad del hueso y está comprobado que la ingesta excesiva de proteínas, disminuye la calidad del hueso. Esto es un problema porque ahora hacemos dietas hiperprotéicas y sus efectos desfavorables no solo se aprecian en los huesos, sino también en el hígado y en los riñones, que trabajan más para eliminarlos".

Fractura de cadera

Estas dietas basadas en las proteínas y en las que se desechan los hidratos de carbono son responsables de que la incidencia de la osteoporosis no disminuya y que aumente el número de fracturas, sobre todo de cadera, que se considera el termómetro de esta enfermedad.

"El hueso que tenemos, en un 80%, es herencia, pero todo lo que hagamos hasta los 13 ó 14 años, en las mujeres, y los 14 y medio en los hombres, va a determinar que lleguemos antes o después al umbral de fractura. A partir de los 15 años, aproximadamente, perdemos masa ósea. Tenemos que ser sensatos y moderados en el consumo; evitar los excesos de calcio, de vitaminas, etcétera. Con tres vasos de leche al día o su equivalente en yogures contribuimos a garantizar la masa ósea".

Pedrera advierte que la osteoporosis es una enfermedad silenciosa, sin síntomas y sin dolor, pero con la fractura llega el problema y si es de cadera puede causar hasta la muerte. "Una de cada 4 mujeres pierde la vida, pero no por esta patología, sino por las consecuencias de la inmovilidad. La cifra es que entre el 25 y el 35% fallece después de un año de la fractura".

Extremadura no difiere del resto de España y de los países occidentales, que en los últimos diez años las fracturas se han multiplicado por factores medioambientales, hábitos y estilos de vida. "Es decir, lo mucho. Hemos pasado de lo poco a lo mucho. Por ejemplo, el calcio es muy importante, pero la concentración de calcio en la leche de vaca es el doble que en la materna. En Extremadura, al igual que en el resto del mundo, la mortalidad por fractura de cadera es superior que por cáncer de mama y útero. Las complicaciones del quirófano, la obesidad, la hipertensión, la inmovilidad, etcétera, hace que le cueste la vida a la vuelta de 6 ó 12 meses de la fractura".