Cinco muertos solo en el mes de noviembre. El último, un hombre de 50 años que perdió la vida en un taller agrícola de Guareña. 14 extremeños han fallecido en lo que va de año en accidentes laborales, muchos a causa de infartos o siniestros de tráfico. Son los casos más graves, pero no los únicos: de enero a julio se han registrado en Extremadura 14.277 accidentes de trabajo y en todo el 2015 fueron más de 24.600. Sin embargo, de estos últimos la Inspección de Trabajo solo investigó 353, apenas el 1,3% del total. Las sanciones llegaron a 39 de estas empresas y en su conjunto alcanzaron los 110.450 euros.

«Lo que ocurre es que hay muy pocos inspectores y es imposible que lleguen a todos los centros de trabajo», afirma la secretaria de Salud Laboral de CCOO, Concha Gómez. Desde el sindicato aplauden la mecánica de trabajo de los inspectores pero reclaman más medios económicos y humanos para que puedan ejercer su labor con mayor efectividad. «Con solo 14 inspectores para toda la provincia de Badajoz y menos en la de Cáceres, pues solo llegan a lo que más se ve», lamenta Gómez, que también exige un mayor esfuerzo en prevención en los presupuestos de la Junta.

Según los últimos datos facilitados por UGT y CCOO, en 2015 se registraron en Extremadura 24.656 accidentes laborales, de los que 16 fueron mortales y 2016 graves o muy graves. La mayoría se produjeron en la construcción, pero los sindicatos ponen ya el acento en el campo y citan como ejemplo los numerosos casos de vuelcos de tractor que ha habido este año.

La última memoria publicada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social refleja que la Inspección de Trabajo investigó 353 de los accidentes ocurridos el año pasado, apenas el 1,3 por ciento del total: 14 mortales, siete muy graves, 179 graves y 153 leves. Las sanciones llegaron a 39 empresas (29 de la provincia de Badajoz y 10 de Cáceres) y en su conjunto alcanzaron los 110.450 euros.

RECORTES EN PREVENCIÓN / Desde CCOO reconocen que la cifra es escasa y apuntan a los pocos recursos con los que cuenta la Inspección de Trabajo en Extremadura. «Hay muy poca cultura de la prevención, la mayoría de las empresas optan por un contrato ‘quitamultas’ y en la práctica no hay formación ni se dota de medios al trabajador porque saben que hay muy pocas probabilidades de que te caiga una inspección rutinaria», señala Concha Gómez. No obstante, a pesar de ello, hay que destacar que en un buen número de casos estos siniestros laborales están causados por infartos y accidentes de tráfico que se producen en el desplazamiento al centro de trabajo (los llamados in itinere), circunstancias que a su juicio sin duda están ligadas a las consecuencias de la crisis: peores condiciones laborales, jornadas más largas, miedo a perder el empleo o más horas de trabajo por el mismo dinero. Cuestiones todas que en definitiva influyen en el estado de ánimo de la persona y el clima de trabajo diario.

Para reducir el «fracaso colectivo» que supone la siniestralidad laboral, la Junta de Extremadura firmó el pasado mes de febrero con UGT, CCOO y la Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (Creex) el VII Plan de Riesgos Laborales. Con políticas y acciones a impulsar hasta el 2019, el documento pretende incidir en el fomento de la cultura preventiva para reducir «a cero» la tasa de siniestralidad. Se reestructura en cuatro objetivos: mejorar el cumplimiento de la normativa en prevención de riesgos laborales, con especial atención a las pequeñas empresas; lograr la implicación de empresarios y empleados; potenciar la formación en riesgos laborales en universidad y formación profesional y reforzar los controles.

Las cifras oficiales del primer semestre del 2016 apuntan un ligero descenso de la siniestralidad (de enero a julio hubo 14.277 accidentes, un 1,2% menos), pero teniendo en cuenta que a menos de un mes para cerrar el año hay 14 personas fallecidas mientras trabajaban, desde CCOO abogan ya por revisar el documento para introducir mejoras.