Un emeritense de 53 años, Benito Cid, murió ayer en el hospital de Mérida al que tuvo que ser trasladado tras ser encontrado inconsciente, en el parque de las Siete Sillas, junto a la biblioteca del Estado, rodeado de perros callejeros.

Oficialmente, y según un comunicado de la Jefatura Superior de Policía de Extremadura, el hombre murió por causas naturales, debido a una enfermedad hepática crónica que padecía. En cuanto a la presencia de los perros, según la policía fue debida a que el fallecido presentaba una tromboflebitis en una pierna, con herida abierta, y sostienen que "en ningún momento llegaron a morder al finado, teniendo éste únicamente rasguños en su cuerpo, producidos por las patas de los animales al pasar por encima del cuerpo".

La versión de la policía coincide con la del Servicio Extremeño de Salud (SES), que atribuyó el fallecimiento de esta persona a causas naturales, "y en ningún caso se ha producido como consecuencia de un ataque canino". Por este motivo descartaron tomar ningún tipo de medidas epidemiológicas preventivas.

Sin embargo, estos dos informes contradicen un comunicado anterior del Ayuntamiento de Mérida, emitido sobre las 11.30 horas, donde la Delegación de Policía Local confirmaba que la muerte del hombre fue debida al "ataque de una jauría de perros, parece ser que vagabundos".

TESTIGOS En esta nota, basada en los datos de un testigo presencial de los hechos, se decía que habían sido 10 los perros y que "el individuo tenía mordeduras por todo el cuerpo y había perdido abundante sangre".

Ante esta situación, el ayuntamiento puso en marcha los servicios de emergencia de la Policía Local, de la Concejalía de Sanidad y de la perrera municipal. Además se activó un dispositivo para realizar batidas por la barriada de Nueva Ciudad para apresar a estos perros. Sólo lograron capturar a tres. La búsqueda del resto continuará hoy.

Posteriormente, el ayuntamiento emitió otro comunicado donde aseguraba que "la muerte de esta persona no ha sido causada por mordeduras de perros, tal y como informó en un principio un testigo", y coincidía con el SES y la Dirección General de Policía que el fallecimiento fue debido a una tromboflebitis complicada con lesiones crónicas.

Sin embargo, estas versiones oficiales chocan con los datos recabados por EL PERIODICO EXTREMADURA entre el jardinero que descubrió el cuerpo, Valeriano Prida, y uno de los primero policías locales en llegar al lugar donde aún se encontraba el cuerpo con vida del fallecido, al que rodeaban la jauría de perros. Ambos coincidieron en señalar que las heridas no eran por arañazos de los canes y que el cuerpo de Benito Cid tenía mordiscos por todas partes.