Un matrimonio y un hijo suyo de 29 años acuden al notario para formalizar la venta de un inmueble por 180.000 euros que fue adquirido por los padres hace once años por 60.000. El inmueble va a ser destinado a la vivienda habitual del hijo, que obtiene rendimientos netos del trabajo de 16.000 euros y que financiará 100.000 euros a través de un préstamo hipotecario. La cantidad a satisfacer por el impuesto, en la modalidad de Transmisiones Patrimoniales Onerosas, sería de 12.600 euros, la segunda cantidad más alta, por debajo de Asturias y al mismo nivel que otras cinco regiones.

Por otro lado, también se plantea el supuesto de un contribuyente que adquiere una vivienda a un particular en el mes de enero por un importe de 450.000 euros. Una entidad bancaria le concede un préstamo hipotecario por 300.000 euros. En Extremadura pagaría 40.500 euros por el impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas (la carga fiscal más alta junto con Asturias) y otros 4.485 por el de Actos Jurídicos Documentados (tercera más alta tras el Principado y Cataluña). En conjunto, y en este supuesto, se pagarían 9.585 euros más que en el 2010.