La polémica decisión de traspasar agua del Ebro a Barcelona --"conducción temporal", según el Gobierno, y "trasvase", según la oposición--, que tan amplia repercusión tiene estos días a nivel nacional, también ha llegado a Extremadura. Así, el PSOE y el PP extremeños, en sus habituales comparecencias de los lunes para dar cuenta de los asuntos tratados en sus respectivas reuniones --de la comisión permanente en el caso de los socialistas y del comité de dirección de los populares-- se enzarzaron ayer por esta cuestión.

El primero en referirse a este tema fue el secretario general del PP de Extremadura, César Díez Solís, quien aseguró en rueda de prensa que su partido lamenta "profundamente" que la Junta haya apoyado la conducción de agua aprobada por el Gobierno central para el área metropolitana de Barcelona, que considera "un trasvase en toda regla", y, sin embargo, "no apoye que el agua sea llevada allí donde se necesite".

En oposición a esta postura y solo una hora después, el portavoz del PSOE extremeño, Francisco Fuentes, defendió dicha conducción a Barcelona "como a cualquier sitio de España, siempre que ese agua sea para consumo humano". Además, añadió que su formación, en "coherencia" con la tesis que le ha llevado a apoyar los recursos contra los Estatutos de Andalucía o Castilla y León, continúa considerando que "la última autoridad y la última palabra en el tema del agua siempre la tiene que tener el Gobierno de España y no el de cada comunidad".

A juicio de Solís, sin embargo, es "patético" que el Ejecutivo regional "se sume a esta ceremonia de confusión y anuncie que no es un trasvase", siguiendo "una vez más" las consignas de Ferraz para cerrar filas ante el señor Zapatero. Unas críticas a las que Fuentes respondió asegurando que los populares siguen "empeñados en hacer ver que eso es el trasvase previsto en el Gobierno del PP del Ebro a Levante".