Cerca de una treintena de peñas participaron en un multitudinario pasacalles carnavalero en Navalmoral, que reunió en las calles del municipio a miles de personas que vieron pasar una comitiva cada año más nutrida.

El pasacalles nocturno sigue cobrando cada año más auge, en gran parte, según dicen participantes y espectadores, por contar con un componente más lúdico y anárquico que los grandes desfiles del domingo y el martes.

Este pasacalles carnavalero se enmarca en el espíritu más festivo, de modo que las peñas desfilan con más libertad y desinhibición.

El desfile superó todos los registros de participación, tal y como ha demostrado el hecho de que cuando la cabeza de la comitiva se hallaba ya prácticamente en la iglesia de San Andrés, la parte final aún no había arrancado de las cercanías de la rotonda de la ITV.

Los espectadores, menos numerosos que el domingo al ser lunes y haber muchos menos turistas, pudieron ver de todo, desde motocicletas antiguas a ambientadores, pasando por abejas, gatos, hadas, piratas, brujas, ovejas, toros mecánicos o bandoleros.

Vértigo desfiló con autos de choque de cosecha propia que incluían taquilla, fichas y sonido de feria; Los Santeros elevaron el gospel a música mayoritaria en las calles de Navalmoral; y Arco Iris ofreció una carroza que representaba un fuerte de la época del lejano oeste.