Casi once meses después de que fuera interrumpido el servicio por un descarrilamiento, el tren Lusitania volverá a circular por la vía férrea que une Madrid y Lisboa por Cáceres. Ya se pueden comprar los billetes de este trayecto para los servicios a partir del 15 de diciembre,que recupera su periodicidad diaria --salvo el día de Navidad-- desde que el accidente del convoy del pasado 23 de enero inutilizara el recorrido, obligando a desviar por Salamanca la unión por tren entre las capitales española y portuguesa.

Desde Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) confirmaron ayer a EL PERIODICO que las obras de reparación y modernización de la vía, que han costado 10,8 millones de euros, se están desarrollando a "buen ritmo" y que se prevé la reapertura de la línea "en breve". Esa brevedad se ha fijado para el 15 de diciembre, según avanzó ayer el sector ferroviario de CC.OO., que celebra esta noticia en tanto que apuesta por el mantenimiento y utilización de la vía convencional del ferrocarril. La fecha la confirmó Renfe, un día a partir de la cual los usuarios ya pueden retirar sus billetes.

El conjunto de las obras, que van encaminadas a mejorar la seguridad del trayecto y va a reducir el tiempo de paso, ya que se eliminarán los tramos que hasta entonces presentaban limitaciones de velocidad, llevadas a cabo se centran en un tramo situado entre las estaciones de Herreruela y Valencia de Alcántara, entre las cuáles se produjo el descarrilamiento.

Las obras se han realizado mediante dos contratos valorados en 5.132.000 euros a los que se suman el coste de los suministros necesarios para ejecutar las obras, estimados en 5.7003.000 euros, financiados por el Estado. Gracias a esta inversión se ha podido renovar la vía en el trayecto Herreruela-San Vicente de Alcántara, de una longitud de 12 kilómetros, en los que se han sustituido las traviesas, los carriles y el balasto. También se ha renovado la vía férrea entre San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara, de unos 12,2 kilómetros de longitud.

A pesar de que el accidente se produjo en enero, no fue hasta el mes de mayo cuando se adjudicaron unas obras que en principios se esperaba que tuvieran una duración de cuatro meses, de tal forma que la línea se hubiera reabierto el pasado mes de octubre. Sin embargo, la llegada de las altas de temperatura en verano obligaron a ralentizar las labores de los operarios, según indicaron ayer desde Adif, para prevenir del riesgo de incendio forestal que suponen los trabajos de este tipo.