Los fieles emeritenses tuvieron ayer la suerte, en comparación con el día anterior y con lo que ocurrió en otras ciudades extremeñas, de poder ver en la calle a los esperados pasos del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Misericordia, desde Nueva Ciudad, y los de Nuestro Padre Jesús de Nazareno y Nuestra Señora del Mayor Dolor, desde la Basílica de Santa Eulalia en el centro, si bien ambas marchas salieron con retraso. Al cierre de esta edición, no se habían visto obligadas a variar su recorrido. Además, la expectación era máxima por ver si podía materializarse el acto central de la Semana Santa emeritense, el Via Crucis que de madrugada atraviesa, entre otros puntos de referencia, el Anfiteatro Romano, en una de las imágenes más vistosas de esta celebración religiosa en la capital extremeña.

"Estamos viviendo esta Semana Santa con cierta pesadumbre, por las dos hermandades que no han podido sacar sus pasos a la calle, las que han tenido que acortar el recorrido. Es una situación atípica porque otras veces habíamos tenido problemas con la lluvia alguno de los días, pero no tantos seguidos. Y parece que tenemos que seguir así hasta el viernes", explico Mario Hernández, portavoz de la Junta de Cofradías.

En la misma línea se pronunció José María Alvarez, capataz del Via Crucis --aunque advertía ciertos problemas de salud para poder llevar el paso de esta marcha--, y que por la tarde aseguraba que todo estaba previsto para la celebración de una procesión que es referente en la ciudad, tanto para los fieles como para los turistas, por la espectacularidad de su recorrido por diferentes monumentos. El inicio estaba previsto para la una de la madrugada.